El número de adolescentes que
descargan de Internet archivos de música ilegalmente ha descendido
considerablemente el último año. En su lugar, acuden a páginas de streming -en las que la música se escucha en el propio site, sin necesidad de ser descargada- y dan de lado a las de P2P.
Esta es una de las conclusiones que revela un estudio realizado en el Reino Unido y que recoge esta semana el diario The Guardian.
El informe, que se ha llevado a cabo tras realizar encuestas a un millar de chavales, traduce sus hábitos a cifras: sólo una tercera parte de los entrevistados se descarga canciones en Internet ilegalmente (un 26%), un porcentaje mucho menor del que lo hacía en diciembre de 2007 (42%).
Sin embargo, el 65% usa regularmente servicios de streaming que ofrecen sites como Spotify. YouTube , el gigantesco servidor de vídeos que tampoco permite su descarga, sería otra sus web favoritas.
Las razones para acudir al streming son diversas: desde la comodidad, al miedo a que el archivo descargado contega un virus que infecte al ordenador.
A pesar de estos datos, los adolescentes no suelen gastar dinero en música. Sin embargo, no está todo perdido para el mercado discográfico:
"Quizá no compren un disco, pero pueden adquirir entradas para un concierto o una camiseta de su banda favorita", explica Steve Purdham, CEO de la compañía We7. No es lo único: las páginas de streaming dejan a los sellos información de primera mano sobre los gustos musicales de los usuarios.
El estudio deja un panorama algo más alentado rpara la industria de la música, al menos en Gran Bretaña donde, aseguran, las llamadas descargas legales no dejan de crecer.