Marido destroza 40 coches en un ataque de celos
Michael Fagner, de Nueva York (EE.UU.) es un marido celoso que suda ira por sus poros cuando cree que su mujer está siendo cortejada por otro. Sí, de esos que se imaginan amantes y no atienden a razones. De hecho, el energúmeno ya estuvo en prisión por malos tratos.
Cuando alguien le insinuó que su esposa le podría estar poniendo los cuernos con un trabajador de una empresa dedicada a esos espectáculos tan estadounidenses en los que una camioneta gigantesca aplasta coches
antiguos no se lo pensó dos veces.
Estaba cabreado porque su esposa, según él, le estaba siendo infiel y, además, su rival trabajaba en una empresa dedicada al destrozo de autos. Aquella situación era perfecta para su excesiva cantidad de testosterona.
Así que, pidiendo venganza, pilló por banda una retroexcavadora y con ella se dirigió al lugar donde la empresa tenía su sede. Allí vio una gran cantidad de coches colocados en perfecta formación.
Ignoramos si pensaba que aquellos eran los vehículos de los trabajadores y que, como no sabía quién era realmente el “amante” de su esposa, mejor sería destrozarlos todos; o si realmente sabía que aquellos coches estaban destinados al espectáculo y sabía el perjuicio económico que causaría en la empresa si los destrozaba.
El caso es que puso la directa y se cargó el techo de 40 coches. O lo que es lo mismo: produjo daños por valor de 40.000 dólares. Claro, ahora el señor Fagner está en la cárcel, aunque se ha fijado para él una fianza de 5.000 dólares.
Michael Fagner, de Nueva York (EE.UU.) es un marido celoso que suda ira por sus poros cuando cree que su mujer está siendo cortejada por otro. Sí, de esos que se imaginan amantes y no atienden a razones. De hecho, el energúmeno ya estuvo en prisión por malos tratos.
Cuando alguien le insinuó que su esposa le podría estar poniendo los cuernos con un trabajador de una empresa dedicada a esos espectáculos tan estadounidenses en los que una camioneta gigantesca aplasta coches
antiguos no se lo pensó dos veces.
Estaba cabreado porque su esposa, según él, le estaba siendo infiel y, además, su rival trabajaba en una empresa dedicada al destrozo de autos. Aquella situación era perfecta para su excesiva cantidad de testosterona.
Así que, pidiendo venganza, pilló por banda una retroexcavadora y con ella se dirigió al lugar donde la empresa tenía su sede. Allí vio una gran cantidad de coches colocados en perfecta formación.
Ignoramos si pensaba que aquellos eran los vehículos de los trabajadores y que, como no sabía quién era realmente el “amante” de su esposa, mejor sería destrozarlos todos; o si realmente sabía que aquellos coches estaban destinados al espectáculo y sabía el perjuicio económico que causaría en la empresa si los destrozaba.
El caso es que puso la directa y se cargó el techo de 40 coches. O lo que es lo mismo: produjo daños por valor de 40.000 dólares. Claro, ahora el señor Fagner está en la cárcel, aunque se ha fijado para él una fianza de 5.000 dólares.