El consumo moderado de cerveza previene enfermedades
La cerveza es una bebida fermentada, de baja graduación alcohólica (4º-5º), elaborada a partir de ingredientes naturales, agua, cebada malteada y lúpulo, tiene un bajo contenido calórico (45 kcal/100 ml) y más de 2.000 compuestos y nutrientes como vitaminas del Grupo B (especialmente ácido fólico), fibra, minerales (silicio, potasio, magnesio, calcio y poco sodio) y otros compuestos que podrían interaccionar de forma positiva con la salud.
En este estudio se concluye que el consumo moderado de cerveza podría contribuir a mantener niveles más altos de glucosa plasmática y atenuar las respuestas hormonales de estrés derivadas de la actividad física.
Asimismo, el consumo moderado de esta bebida, tanto en su variedad tradicional como en la sin alcohol, tras realizar ejercicio físico en condiciones de elevada temperatura ambiental y abundante transpiración, permitiría recuperar las pérdidas hídricas en medidas similares al agua.
Además, otros efectos como la reducción de la concentración de las moléculas de adhesión linfocitarias y monocitarias que retrasan la aparición y desarrollo de la arteriosclerosis se podría deber al contenido no alcohólico de estas bebidas, principalmente a los polifenoles.
Las conclusiones sugieren que las bebidas ricas en polifenoles podrían tener un mayor efecto antiarteriosclerótico, antiinflamatorio y antitrombótico que aquéllas pobres en polifenoles, por lo que parece que los efectos beneficiosos de determinadas bebidas como las fermentadas de baja graduación se deberían tanto al etanol como a las sustancias no alcohólicas, principalmente polifenoles, que contienen.
Investigaciones científicas internacionales también han evidenciado que el consumo moderado de cerveza durante un periodo concreto podría reducir los niveles de proteína C-reactiva en el plasma un 35% y un 12,4% los niveles de fibrinógeno. La proteína C-reactiva es un indicador de la inflamación que predice procesos cardiovasculares como la aterosclerosis; además, la presencia de fibrinógeno en plasma se asocia a la formación de trombos sanguíneos. fuente
La cerveza es una bebida fermentada, de baja graduación alcohólica (4º-5º), elaborada a partir de ingredientes naturales, agua, cebada malteada y lúpulo, tiene un bajo contenido calórico (45 kcal/100 ml) y más de 2.000 compuestos y nutrientes como vitaminas del Grupo B (especialmente ácido fólico), fibra, minerales (silicio, potasio, magnesio, calcio y poco sodio) y otros compuestos que podrían interaccionar de forma positiva con la salud.
En este estudio se concluye que el consumo moderado de cerveza podría contribuir a mantener niveles más altos de glucosa plasmática y atenuar las respuestas hormonales de estrés derivadas de la actividad física.
Asimismo, el consumo moderado de esta bebida, tanto en su variedad tradicional como en la sin alcohol, tras realizar ejercicio físico en condiciones de elevada temperatura ambiental y abundante transpiración, permitiría recuperar las pérdidas hídricas en medidas similares al agua.
Además, otros efectos como la reducción de la concentración de las moléculas de adhesión linfocitarias y monocitarias que retrasan la aparición y desarrollo de la arteriosclerosis se podría deber al contenido no alcohólico de estas bebidas, principalmente a los polifenoles.
Las conclusiones sugieren que las bebidas ricas en polifenoles podrían tener un mayor efecto antiarteriosclerótico, antiinflamatorio y antitrombótico que aquéllas pobres en polifenoles, por lo que parece que los efectos beneficiosos de determinadas bebidas como las fermentadas de baja graduación se deberían tanto al etanol como a las sustancias no alcohólicas, principalmente polifenoles, que contienen.
Investigaciones científicas internacionales también han evidenciado que el consumo moderado de cerveza durante un periodo concreto podría reducir los niveles de proteína C-reactiva en el plasma un 35% y un 12,4% los niveles de fibrinógeno. La proteína C-reactiva es un indicador de la inflamación que predice procesos cardiovasculares como la aterosclerosis; además, la presencia de fibrinógeno en plasma se asocia a la formación de trombos sanguíneos. fuente