"¿Gripe, resfriado? Pues tómate unas naranjas que te vendrá muy bien la
vitamina C". Eso lo hemos oído todos. De hecho es la vitamina que mejor
creemos conocer. La primera que cualquiera menciona. Pero la vitamina
C, una de las primeras descubiertas por el hombre, tiene muchas más
propiedades y secretos de lo que creemos.
De hecho es precisamente su función en estos casos una de las más
discutidas. Aunque está claro que ayuda al sistema inmunológico y que
su carencia puede empeorar los síntomas, no está tan claro que nos
ayude una vez enfermos.
En cambio nos ayuda de muchas otras maneras. Por ejemplo, es el mejor
cosmético. Contribuye a que la piel esté más sana, suave y elástica.
También resulta inestimable para dientes, huesos y cartílagos, en la
cicatrización, para metabolizar las grasas, para absorver mejore el
hierro, para dar un empujoncito al sistema inmunitario, para tener
mayor esperanza de vida y menos enfermedades crónicas... incluso se
está estudiando si puede ayudar a tener controlado el sida, reducir la
intoxicación por metales pesados en el organismo, mejorar la fertilidad
o incluso mejorar la calidad de vida de los pacientes con cáncer
terminal.
La dosis recomendada diaria es de unos 60 miligramos. Es decir, que con
una fruta cítrica al día sería suficiente. Pero hay muchos otros
alimentos que aportan vitamina C.
De hecho aunque esta fruta parece ser sinónimo de vitamina C, hay
muchos alimentos que tienen mayor proporción de vitamina C por cada 100
gramos que la naranja: guayabas, perejil, kiwis, brocoli, grosellas,
pimiento rojo, bayas rojas, fresas, papayas, caquis, coles de
bruselas...
¿Sabías qué...?
- El verdadero nombre de la vitamina C es enantiómero L del ácido ascórbico. Intenta repetirlo rápidamente tres veces seguidas.
- La carencia de vitamina C causa escorbuto, una enfermedad
potencialmente mortal típica de los marinos cuyo origen fue descubierto
por un médico naval británico en 1747. - El estudio de la vitamina C ha resultado en dos premios Nobel, uno de química y otro de medicina.
- Aunque ingerir vitamina C natural es altamente beneficiosa, aún no
está claro si la vitamina artificial lo es. De hecho hay estudios que
apuntan a que puede ser contraproducente. - Casi todos los organismos son capaces de generarla por si solos. El
ser humano es una de las pocas excepciones junto con primates, el
ruiseñor chino, cobayas, los murciélagos frugívoros y algunos tipos de
trucha. - El pimiento rojo tiene casi cuatro veces más vitamina C que la naranja