Así es, de hecho es más potente que muchos de los medicamentos con tale fines.
Por ejemplo, la serpiente australiana segrega una toxina de su veneno
que baja la presión arterial y la estabiliza tal como lo hacen los
medicamentos antihipersentivos. Eso se logra por la síntesis de un
péptido en su veneno muy similar a uno que produce de manera natural
nuestro organismo cuando sufrimos un infarto, el cual ayuda al cuerpo a
sobreponerse del evento cardiovascular. Solo que la cantidad que
segrega el reptil es mayor.
También tenemos a la víbora crótalo, que en la década de los sesenta
los laboratorios estadounidenses estudiaron el veneno de esta víbora,
con el objetivo de usar el poder antihipersentivo de su veneno, tras lo
cual crearon la sustancia captopril, que ha ayudado a salvar miles de
vidas.
Por otra parte, científicos estadounidenses pretender desarrollar una
enzima sintética que parezca imitar el mecanismo que realiza la
sustancia alfimeprasa contenida en el veneno que segrega el reptil,
destruyendo de manera directa la fibrina y disuelve los trombos de
sangre de manera rápida
Fuente: Muy Interesante