Sí es cierto. ¿Pero como pueden vivir así? Lo hacen por que su
organismo contiene células diminutas que se encargan de las múltiples
funciones que sustentan la vida. Por ejemplo hay células especializadas
en atrapar el alimento, transportar los nutrientes o eliminar los
desperdicios. Otras fabrican los elementos que se necesitan para formar
el esqueleto o la piel. Incluso hay células capaces de convertirse en
otro tipo de células cuando surge la necesidad.
Las esponjas son
singulares también en otros sentidos. Si prensamos una esponja viva a
través de un colador, las células se reagruparán para reconstruir el
cuerpo del animal. Si trituramos dos esponjas juntas, las células se
irán separando para formar de nuevo a cada criatura distinta. “Ninguna
planta ni animal puede ‘resucitarse’ a sí mismo de este modo”, comenta
National Geographic News.
Además, las esponjas poseen una
sorprendente flexibilidad reproductiva. Algunas preparan cápsulas
celulares que, a modo de naves espaciales, parten para colonizar otras
áreas. Los “colonizadores” viajan en estado de animación suspendida y,
cuando aterrizan por fin, despiertan y salen de su “nave” para
construir una nueva esponja.
En el caso de otras esponjas, la
reproducción es sexual, pero los individuos cambian su papel masculino
o femenino según se necesite. Y otras se reproducen mediante huevos. Su
organismo aunque parece simple es tan complejo, como la afirmó el
paleontólogo Paul Morris, y sin duda nos enseña la gran sabiduría de su
Creador.