Clientes de Prostíbulo Protestan Por mal Atención
Peruanos encolerizados destrozaron un prostíbulo en una ciudad del sureste de Perú y quemaron sus enseres en protesta porque eran "mal atendidos" y sometidos a constantes robos, informó el miércoles la policía regional.
Unas veinte personas sacaron catres, colchones y otros objetos a la vía pública y les prendieron fuego en una calle céntrica de Ayacucho, 500 kilómetros al sureste de Lima, según el informe.
Los parroquianos dijeron que llegaban al local, que funcionaba sin nombre, en busca de diversión, pero que las prostitutas no les daban una buena atención y que más bien eran víctimas de constantes robos.
La situación llegó a su clímax en la noche del martes, cuando varios de los asistentes al burdel constataron que les habían robado sus pertenencias, incluyendo sus ropas interiores, según relataron vecinos a la policía.
En un arrebato de ira los asistentes, tras culpar a las meretrices y a sus supuestos cómplices, destrozaron las habitaciones del local, el cual funcionaba clandestinamente sin autorización municipal, y luego se fugaron.
A los parroquianos se unieron algunos vecinos que indicaron estar cansados de escándalos en la zona, donde proliferan numerosos burdeles con fachada de discotecas.
Peruanos encolerizados destrozaron un prostíbulo en una ciudad del sureste de Perú y quemaron sus enseres en protesta porque eran "mal atendidos" y sometidos a constantes robos, informó el miércoles la policía regional.
Unas veinte personas sacaron catres, colchones y otros objetos a la vía pública y les prendieron fuego en una calle céntrica de Ayacucho, 500 kilómetros al sureste de Lima, según el informe.
Los parroquianos dijeron que llegaban al local, que funcionaba sin nombre, en busca de diversión, pero que las prostitutas no les daban una buena atención y que más bien eran víctimas de constantes robos.
La situación llegó a su clímax en la noche del martes, cuando varios de los asistentes al burdel constataron que les habían robado sus pertenencias, incluyendo sus ropas interiores, según relataron vecinos a la policía.
En un arrebato de ira los asistentes, tras culpar a las meretrices y a sus supuestos cómplices, destrozaron las habitaciones del local, el cual funcionaba clandestinamente sin autorización municipal, y luego se fugaron.
A los parroquianos se unieron algunos vecinos que indicaron estar cansados de escándalos en la zona, donde proliferan numerosos burdeles con fachada de discotecas.
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