La Pasión en la ducha
La policía de Alexandria, Minnesota (EE.UU.) recibió la llamada de un asustado empleado de un gimnasio de la zona. Aterrorizado relataba cómo un tipo barbudo y cubierto de sangre había sido visto por las instalaciones dirigiéndose a la zona de las duchas.
Tres oficiales acudieron rápidamente a la zona. Silenciosamente se acercaron a la zona de las duchas…
…. y allí tuvieron una revelación: el tipo barbudo y cubierto de sangre no era un asesino sino una víctima. Los policías estaban viendo a Jesucristo.
Pero no, no se trataba de una aparición o del segundo advenimiento. Sencillamente se trataba de un vecino del lugar y socio del gimnasio, un tal Lee Backhaus, que volvía de interpretar al Hijo de Dios en la representación de la Pasión que todos los años organiza la Iglesia Luterana en la ciudad.
El devoto señor Backhaus estaba sorprendido y, todo hay que decirlo, bastante asustado. Pero pudo explicar que había pedido permiso a la dirección del lugar para poder adecentarse después de haber recorrido la ciudad hecho un ecce homo.
Después de haber contrastado la información la policía abandonó el lugar y dejó a Lee terminar en paz.
La policía de Alexandria, Minnesota (EE.UU.) recibió la llamada de un asustado empleado de un gimnasio de la zona. Aterrorizado relataba cómo un tipo barbudo y cubierto de sangre había sido visto por las instalaciones dirigiéndose a la zona de las duchas.
Tres oficiales acudieron rápidamente a la zona. Silenciosamente se acercaron a la zona de las duchas…
…. y allí tuvieron una revelación: el tipo barbudo y cubierto de sangre no era un asesino sino una víctima. Los policías estaban viendo a Jesucristo.
Pero no, no se trataba de una aparición o del segundo advenimiento. Sencillamente se trataba de un vecino del lugar y socio del gimnasio, un tal Lee Backhaus, que volvía de interpretar al Hijo de Dios en la representación de la Pasión que todos los años organiza la Iglesia Luterana en la ciudad.
El devoto señor Backhaus estaba sorprendido y, todo hay que decirlo, bastante asustado. Pero pudo explicar que había pedido permiso a la dirección del lugar para poder adecentarse después de haber recorrido la ciudad hecho un ecce homo.
Después de haber contrastado la información la policía abandonó el lugar y dejó a Lee terminar en paz.