El Burrito arrancó la práctica de fútbol entre los suplentes, pero a los
25 minutos reemplazó a Mauro Díaz -Rojas iría al banco- y formó parte
del supuesto elenco que arrancaría ante Lanús. En tanto, Rosales jugó
por Canales y Almeyda, descompuesto, no estuvo en el Monumental.
Y un día Ariel Ortega volvió a entrar en los planes de Leonardo Astrada. En
medio de la apremiante situación que atraviesa River y luego del reclamo
popular que se produjo durante el partido con Argentinos, el entrenador
volvería a darle al Burrito la oportunidad de pisar un campo de
juego o de al menos sentarse en un banco de suplentes.
Allá por el 6 de
febrero, cuando llegó tarde a la
concentración para el partido con Central, el Jefe tomó la decisión de
excluir de su pizarrón al enganche. Luego, en reiteradas conferencias,
se encargó de señalar que el jujeño no estaba en las condiciones
adecuadas para formar parte de sus equipos y que recién iba a volver a
contar con él cuando estuviera bien.
Parece que ese momento finalmente llegó: en la práctica matutina, que se
produjo en el estadio Monumental, el técnico millonario puso a Mauro
Díaz en el puesto de Rodrigo Rojas -disputó un amistoso con Paraguay- y a
los 25 minutos le entregó esa pechera negra a Ortega, quien se movió en
la posición de enlace.
Aunque todavía falta para el duelo del domingo ante Lanús y su
presencia entre los once durante el entrenamiento de
fútbol no asegura absolutamente
nada, este es un paso importante para el jujeño, que en varias ocasiones
expuso su descontento con la situación y hasta manifestó que no tendría
problemas de continuar su carrera en otro club.
Por otra parte, Mauro Rosales acompañó en la primera parte de la
práctica a Rogelio Funes Mori y luego formó la delantera con Gustavo
Canales. Además, el juvenil Nicolás Castro fue el
volante central ante la ausencia
de Matías Almeyda, quien amaneció descompuesto.
25 minutos reemplazó a Mauro Díaz -Rojas iría al banco- y formó parte
del supuesto elenco que arrancaría ante Lanús. En tanto, Rosales jugó
por Canales y Almeyda, descompuesto, no estuvo en el Monumental.
Y un día Ariel Ortega volvió a entrar en los planes de Leonardo Astrada. En
medio de la apremiante situación que atraviesa River y luego del reclamo
popular que se produjo durante el partido con Argentinos, el entrenador
volvería a darle al Burrito la oportunidad de pisar un campo de
juego o de al menos sentarse en un banco de suplentes.
Allá por el 6 de
febrero, cuando llegó tarde a la
concentración para el partido con Central, el Jefe tomó la decisión de
excluir de su pizarrón al enganche. Luego, en reiteradas conferencias,
se encargó de señalar que el jujeño no estaba en las condiciones
adecuadas para formar parte de sus equipos y que recién iba a volver a
contar con él cuando estuviera bien.
Parece que ese momento finalmente llegó: en la práctica matutina, que se
produjo en el estadio Monumental, el técnico millonario puso a Mauro
Díaz en el puesto de Rodrigo Rojas -disputó un amistoso con Paraguay- y a
los 25 minutos le entregó esa pechera negra a Ortega, quien se movió en
la posición de enlace.
Aunque todavía falta para el duelo del domingo ante Lanús y su
presencia entre los once durante el entrenamiento de
fútbol no asegura absolutamente
nada, este es un paso importante para el jujeño, que en varias ocasiones
expuso su descontento con la situación y hasta manifestó que no tendría
problemas de continuar su carrera en otro club.
Por otra parte, Mauro Rosales acompañó en la primera parte de la
práctica a Rogelio Funes Mori y luego formó la delantera con Gustavo
Canales. Además, el juvenil Nicolás Castro fue el
volante central ante la ausencia
de Matías Almeyda, quien amaneció descompuesto.