No se banca más

Disconforme con las razones de Astrada para
dejarlo afuera otra vez, Ortega salió con los tapones de punta: "Siento
que no tendré chances, que ya me despidieron". El DT insiste: "Ariel no
está descartado, pero en este momento no lo veo bien"

Un segundo. Eso tardó entre que terminó la práctica, se sacó la
pechera azul y la tiró al césped. Ahí cayo, solita, en la mitad de la
cancha. También se sacó los botines y, descalzo, escuchó (¿escuchó?)
las últimas palabras del técnico a todo el plantel tras otra floja
práctica. Fastidiado, con bronca y rabia, no tuvo la necesidad de leer
la lista de concentrados para saber que su nombre no figuraba. Se la
veía venir, como pasa desde que llegó tarde a la concentración previa
al partido contra Central y como entiende que ocurrirá hasta el final
de su contrato. "No creo que pase por lo futbolístico, acá hay algo más
que yo no sé. Esas son las cosas que duelen y molestan", disparó Ariel
Ortega, enojado y cansado por verse borrado. "Siento que no tendré
ninguna posibilidad de jugar. Me da la sensación de que ya me
despidieron de River", sentenció y volvió a sacudir el ambiente interno.

Así
como era un dolor de cabeza enfrentarlo cuando estaba en Newell's,
ahora tenerlo afuera también hace que no haya aspirina que alcance.
Varias veces el Burrito repitió que quiere jugar, que se siente en
condiciones, pero ayer fue un poco más allá con sus declaraciones luego
de escuchar las razones que Astrada esgrimió para justificar su
ausencia. "Ortega no está descartado para nada. En la medida de que lo
vea bien futbolísticamente y siga cumpliendo las normas de trabajo, va
a tener su chance. Pero hoy no lo veo bien y por eso que no participa",
explicó el Jefe y hasta le hizo un guiño: "No sé qué pasará la semana
que viene, por ahí está inspirado, me hace rever la situación y empieza
a aparecer". Sin embargo, por la reacción posterior, al ídolo no le
convenció ese final y le retumbó fuerte eso de que no está bien.
"Pareciera que soy un desastre y todos los demás unos fenómenos. Por
eso hablo, para defenderme", no anduvo con vueltas el jujeño en Un buen
momento, por La Red.

Desde aquella llegada tarde a la
concentración y el posterior portazo cuando se enteró que no iría ni al
banco, Ortega no volvió a ser convocado por el DT. En aquel momento los
dirigentes y el cuerpo técnico coincidieron que era hora de que se
tratara seriamente por su adicción antes de volver a jugar. Passarella
hasta se comunicó con la madre y las hermanas del jugador para que lo
empujaran a internarse, pero no las pudo convencer. Menos que menos al
propio Burrito, que siguió entrenándose como si nada hubiera pasado.
Entonces, quedó sentenciada aquella decisión de los que mandan, pero
que no le fue blanqueada al 10. De hecho, las veces que el jujeño
encaró a Astrada para preguntarle por qué no jugaba encontró la misma
respuesta, justificada en su nivel en las prácticas. Pero el ídolo se
cansó porque no le cierra como explicación: "Yo hablé con Leo y me dijo
lo mismo que a ustedes (los periodistas), que voy a tener la
posibilidad en algún momento, pero no creo que vaya a ser así. No tengo
15 años ni soy un ignorante, yo también me entero de las cosas".

Para
amortiguar un poco sus patadas, el Burrito aclaró que respeta la
decisión del técnico y se hizo cargo de su responsabilidad. "Los
errores fueron míos, no le hecho culpa a Astrada o Passarella", aceptó,
pero al toque volvió a golpear. "¿Qué tengo que hacer? ¿No jugar más?
Sería ideal que me dijeran si no voy a jugar más por esos errores. No
espero nada de nadie, sólo que se me juzgue de la misma forma que a mis
compañeros. No tengo que jugar porque soy Ariel Ortega, pero tampoco
soy un desastre", reiteró.

¿Cómo tomará Astrada estas palabras?
¿Y los jugadores? Porque aunque no hizo nombres propios, el jujeño no
los dejó muy bien parados para fundamentar su opinión de que hay algo
más que lo futbolístico: "No pasa sólo por los entrenamientos. Los
jueves podés ser un fenómeno y después en la cancha tenés miedo de agarrar la pelota. Cuando está la gente y la presión de ganar, es otra cosa".