Video del crucero azotado por el tsunami
Eran columnas de agua de 8 metros. Dos personas murieron. Una pasajera grabó el momento
En lo que infraestructura marítima se refiere no hay nada más imponente que un actual crucero de lujo. Pero el miércoles la fuerza de la naturaleza pudo más y una seguidilla de olas gigantes alcanzó a bañar parte del lujoso “Louis Majesty”, que recorría la costa norte de España, y dejó un saldo de dos muertos y una veintena de heridos, uno de ellos muy grave.
Las monumentales columnas de agua alcanzaron hasta 8 metros de altura y golpearon una tras otra al buque de 270 metros de eslora y perteneciente a la naviera grecochipriota Louis Cruise Line que tuvo que atracar de urgencia en el puerto de Barcelona.
"Al principio, el espectáculo de la mar embravecida resultó ser literalmente extasiante", relató este jueves a la agencia DPA Renée Melms, una decoradora de interiores alemana que iba a bordo del crucero junto con otros 1.350 turistas y 580 tripulantes.
"Las olas golpeaban el casco cada vez con más fuerza, sobre todo por el lado de proa", contó esta mujer de 63 años, residente en la ciudad portuaria de Hamburgo y aficionada a la vela. "Pensé: el capitán debería cambiar de rumbo, para que las olas no nos den de frente", añadió.
Pero lo peor estaba aún por venir. Alrededor de las tres y media de la tarde, cuando el "Louis Majesty" se encontraba en el Golfo de León, a unas 25 millas náuticas del cabo de Begur y cerca de la ciudad de Gerona, tres enormes olas seguidas embistieron el barco con tal fuerza que rompieron los ventanales de un salón ubicado en la cubierta 5, que da a proa.
En el lugar había en ese momento unas 70 personas. La primera ola rompió los cristales, la segunda hizo que el salón se llenara de agua, arrastrando a los turistas, y la tercera finalmente arrancó el revestimiento del techo, que cayó encima de las víctimas.
Dos de ellas, un alemán de 69 años y un italiano de 52, perdieron la vida. Una mujer eslovena de 64 años seguía este con pronóstico muy grave en el hospital Vall d'Hebron de Barcelona, donde los médicos atienden además a un hombre de 59 años de la misma nacionalidad. Otra mujer, de 62 años, se fracturó ambas piernas.
Si bien la zona donde ocurrió el accidente es considerada una de las más peligrosas del Mediterráneo y los servicios meteorológicos habían advertido de un fuerte temporal, no es normal que se formen allí olas de tal envergadura, señalan los expertos en la materia, que además coinciden en en un punto en particular: olas de este tipo son imposibles de predecir.
Eran columnas de agua de 8 metros. Dos personas murieron. Una pasajera grabó el momento
En lo que infraestructura marítima se refiere no hay nada más imponente que un actual crucero de lujo. Pero el miércoles la fuerza de la naturaleza pudo más y una seguidilla de olas gigantes alcanzó a bañar parte del lujoso “Louis Majesty”, que recorría la costa norte de España, y dejó un saldo de dos muertos y una veintena de heridos, uno de ellos muy grave.
Las monumentales columnas de agua alcanzaron hasta 8 metros de altura y golpearon una tras otra al buque de 270 metros de eslora y perteneciente a la naviera grecochipriota Louis Cruise Line que tuvo que atracar de urgencia en el puerto de Barcelona.
"Al principio, el espectáculo de la mar embravecida resultó ser literalmente extasiante", relató este jueves a la agencia DPA Renée Melms, una decoradora de interiores alemana que iba a bordo del crucero junto con otros 1.350 turistas y 580 tripulantes.
"Las olas golpeaban el casco cada vez con más fuerza, sobre todo por el lado de proa", contó esta mujer de 63 años, residente en la ciudad portuaria de Hamburgo y aficionada a la vela. "Pensé: el capitán debería cambiar de rumbo, para que las olas no nos den de frente", añadió.
Pero lo peor estaba aún por venir. Alrededor de las tres y media de la tarde, cuando el "Louis Majesty" se encontraba en el Golfo de León, a unas 25 millas náuticas del cabo de Begur y cerca de la ciudad de Gerona, tres enormes olas seguidas embistieron el barco con tal fuerza que rompieron los ventanales de un salón ubicado en la cubierta 5, que da a proa.
En el lugar había en ese momento unas 70 personas. La primera ola rompió los cristales, la segunda hizo que el salón se llenara de agua, arrastrando a los turistas, y la tercera finalmente arrancó el revestimiento del techo, que cayó encima de las víctimas.
Dos de ellas, un alemán de 69 años y un italiano de 52, perdieron la vida. Una mujer eslovena de 64 años seguía este con pronóstico muy grave en el hospital Vall d'Hebron de Barcelona, donde los médicos atienden además a un hombre de 59 años de la misma nacionalidad. Otra mujer, de 62 años, se fracturó ambas piernas.
Si bien la zona donde ocurrió el accidente es considerada una de las más peligrosas del Mediterráneo y los servicios meteorológicos habían advertido de un fuerte temporal, no es normal que se formen allí olas de tal envergadura, señalan los expertos en la materia, que además coinciden en en un punto en particular: olas de este tipo son imposibles de predecir.