Mata a su compañero de cuarto por roncar
Guo Liwei, de 22 años y estudiante de la Universidad Agrícola de Jilin (China) sabía perfectamente qué era perder el sueño hasta que la demencia sustituía al cansancio por culpa de su compañero, Zhao Yan, de 22 años.
Liwei llegó a grabar los ronquidos de su compañero y a mostrárselos a las autoridades universitarias pertinentes. Pero nada… como quien oye llover.
Guo siguió aguantando el concierto hasta que no pudo más. Le dijo a Zhao cuatro verdades una buena noche. Zhao, incapaz de asumir su culpa, empezó a insultar a Guo.
Guo, por supuesto, no pudo aguantar más. Entre el cansancio, la frustración y la ira decidió que donde había perdido la diplomacia debía intentarlo el frío filo de un cuchillo.
El caso es que se lo clavó a Zhao en el pecho. Y así, muerto el perro se acabó la rabia.
Guo Liwei, de 22 años y estudiante de la Universidad Agrícola de Jilin (China) sabía perfectamente qué era perder el sueño hasta que la demencia sustituía al cansancio por culpa de su compañero, Zhao Yan, de 22 años.
Liwei llegó a grabar los ronquidos de su compañero y a mostrárselos a las autoridades universitarias pertinentes. Pero nada… como quien oye llover.
Guo siguió aguantando el concierto hasta que no pudo más. Le dijo a Zhao cuatro verdades una buena noche. Zhao, incapaz de asumir su culpa, empezó a insultar a Guo.
Guo, por supuesto, no pudo aguantar más. Entre el cansancio, la frustración y la ira decidió que donde había perdido la diplomacia debía intentarlo el frío filo de un cuchillo.
El caso es que se lo clavó a Zhao en el pecho. Y así, muerto el perro se acabó la rabia.