Llega el libro de chistes del Ogro
Mejor que el Gordo de Petete, en pocas semanas saldrá el libro de chistes sobre el Ogro. Una edición de peso que lo va a dejar realmente lleno. ¡Un golazo!
Mejor que el Gordo de Petete, en pocas semanas saldrá el libro de chistes sobre el Ogro. Una edición de peso que lo va a dejar realmente lleno. ¡Un golazo!
El Ogro recibe una carta que contiene un papel en blanco. El Ogro dice:
-Es de Victoria.
-¿Cómo sabés?-le pregunta su amigo.
-Es que desde que nos peleamos… ya no nos hablamos.
El Ogro estaba tan tan gordo que la última foto ¡se la tuvieron que sacar desde un satélite!
El Ogro es tan despreocupado que aprovechó el incendio de su casa para asar unos chorizos.
En el boliche, hablaba el Ogro con su amigo. El amigo le cuenta:
-Tengo un dilema: no sé si casarme con una viuda rica a la que no amo o bien con una joven humilde de la que estoy perdidamente enamorado.
-Lo que manda es el corazón -respondió el Ogro. -Casate con la joven humilde.
-Es verdad, debo escuchar la llamada del corazón. Seguiré tu consejo.
-Así proceden los hombres que razonan- lo felicitó el Ogro. -Y, a propósito, ¿cuál es la dirección de la viuda?
Todavía casada, Victoria quería recuperar su salud mental. El psicólogo le dice:
-Señora Victoria, en la próxima consulta será muy importante que analicemos el inconsciente.
-Doctor, va a ser difícil que el desgraciado del Ogro quiera venir conmigo.
El Ogro cuando era niño corrió desesperado hacia su madre y le preguntó:
-¡Mamá! ¿Los alfajores tienen hilo?
-No.
-¡Entonces me comí un yo-yo!
El Ogro fue a ver al médico que le hizo la liposucción
-Doctor, desde que me operó siento que me quema el estómago.
Y el doctor dice:
-¡Ah! Ya sé dónde dejé mi encendedor.
El Ogro, increíblemente consigue que lo contrate un equipo de Siberia. Pasan las semanas… ¡un frío…! Y lo peor: no había ninguna mujer.
Desesperado le pregunta a uno de los jugadores veteranos:
-Disculpen, ¿ustedes qué hacen cuando llevan mucho tiempo sin hacer el amor?
-Ah, ¿no te han contado lo del barril? Es bien sencillo, cuando tengas ganas, te vas al barril ese que hay detrás del vestuario, y le das al agujero ese que tiene.
-Ah, bueno... Lo voy a probar.
Al día siguiente se vuelven a encontrar. El jugador veterano le pregunta al Ogro:
-¿Y? ¿Ya probaste lo del barril?
-Si, y fue algo increíble, el mejor sexo que he tenido nunca. Muchísimas gracias por el dato, de verdad.
-Sí, sí, ¡pero la semana que viene te toca a vos meterte en el barril!