¡No somos nada, Cacho! chistes de velorios
Llega un hombre a la casa de otro y le pregunta al portero:
-¿Está el patrón?
-No, se fue a un velorio.
-¿Tardará mucho en volver?
-No sé, iba en el ataúd.
Un hombre irresponsable, y que se había portado muy mal con su pobre familia, muere al fin. En el velorio, antes de llevarlo a enterrar, un pariente lejano pronuncia la oración fúnebre:
-Fue un esposo modelo y un padre ejemplar.
Al oír eso la viuda toma de la mano al niño que está a su lado y le dice:
-Vamos hijo, nos equivocamos de velorio.
Estaba un señor en un velorio; al lado del señor estaba la viuda y el señor le dice:
-Pensar que las últimas palabras me las dijo a mí.
Y la viuda pregunta:
-¿Cuáles fueron?
-¡No muevas la escalera!
Pasa un tipo por una casa velatoria y ve a cientos de personas. Intrigado, le pregunta a una persona:
-Oiga, ¿Sabe usted quién es el muerto?
Y el otro le contesta:
-No estoy seguro, pero me parece que es el que está adentro de la caja.
Entra un borrachito al velorio de un señor, se dirige al ataúd, observa al difunto y comienza a llorar con mucho sentimiento y a decir:
-No somos nada, hic… no somos nada.
Y así siguió llorando y diciendo esta frase, cuando se le acercó una de las personas que también se encontraba en el velorio y le preguntó:
-¿Tanto quería a su amigo, señor, que le duele mucho su muerte?
El borrachito se vuelve y le contesta muy enojado:
-¿Acaso no está oyendo? Dije “no somos nada”: ¡ni familia, ni amigos y ni siquiera conocidos!
En un pueblito del interior, había fallecido un hombre y cuando estaban velándolo, llegaron los sepultureros y la esposa empezó a gritar:
-¡No se lo lleven por favor, no se lo lleven!
-Señora tranquila, hemos venido para enterrar al muerto.
-¡No por favor, no se lo lleven, no se lo lleven!-, gritaba la mujer.
-Pero señora, tranquila, ha llegado la hora de llevarnos al muerto.
-¡No se lo lleven, no se lo lleven!-, seguía gritando
Hasta que uno de los sepultureros, ya cansado le dijo:
-Bueno señora, ¿Por qué no deja que nos llevemos el muerto?
Y ella le responde:
-¡Es que es la primera vez que duerme en la casa!
Un viejo se está muriendo. Alrededor del lecho poco a poco empieza a surgir una discusión.
-¡Vamos a alquilar un buen coche fúnebre para llevarlo con decencia! -dice la esposa
-¡No creo que se deba gastar tanto dinero! Yo puedo llevarlo en la camioneta del vecino, si me la presta- dice el hijo del viejo moribundo.
-¿Y por qué no lo llevamos al hombro?-. Pregunta el vecino, él casi no pesa nada.
Por fin, el moribundo reúne el resto de las fuerzas que le quedan y dice:
-Si ustedes me ayudan a bajar, tal vez yo pueda llegar al cementerio por mi cuenta.
En un velatorio, llega un borracho con una caja de herramientas, se acerca al cajón y ve a la viuda que le acomodaba la peluca a cada rato al difunto. Se compadece y le dice:
-Salga un momento y yo le arreglo el problema.
A los 10 minutos llama a los parientes, se acercan y ven con asombro que no se le movía para nada el peluquín. Se dirigen al hombre y le dicen:
-¡Muchas gracias! ¿Cuánto le debemos por este favor?
Y él les contesta:
-No es nada señora… ¿qué les voy a cobrar por 4 clavos locos?
Un señor se entera que el tío de su amigo acaba de morir, por lo que va al velorio. Ahí encuentra a su amigo muy triste. Se le acerca y le pregunta:
-Pero, ¿qué pasó? ¿De qué murió tu tío?
-El cigarrillo…
-Le agarró el pulmón…
-No, estaba en el avión, vio una película, ¡y al terminar el muy pelotudo salió a fumar!
Llega un hombre a la casa de otro y le pregunta al portero:
-¿Está el patrón?
-No, se fue a un velorio.
-¿Tardará mucho en volver?
-No sé, iba en el ataúd.
Un hombre irresponsable, y que se había portado muy mal con su pobre familia, muere al fin. En el velorio, antes de llevarlo a enterrar, un pariente lejano pronuncia la oración fúnebre:
-Fue un esposo modelo y un padre ejemplar.
Al oír eso la viuda toma de la mano al niño que está a su lado y le dice:
-Vamos hijo, nos equivocamos de velorio.
Estaba un señor en un velorio; al lado del señor estaba la viuda y el señor le dice:
-Pensar que las últimas palabras me las dijo a mí.
Y la viuda pregunta:
-¿Cuáles fueron?
-¡No muevas la escalera!
Pasa un tipo por una casa velatoria y ve a cientos de personas. Intrigado, le pregunta a una persona:
-Oiga, ¿Sabe usted quién es el muerto?
Y el otro le contesta:
-No estoy seguro, pero me parece que es el que está adentro de la caja.
Entra un borrachito al velorio de un señor, se dirige al ataúd, observa al difunto y comienza a llorar con mucho sentimiento y a decir:
-No somos nada, hic… no somos nada.
Y así siguió llorando y diciendo esta frase, cuando se le acercó una de las personas que también se encontraba en el velorio y le preguntó:
-¿Tanto quería a su amigo, señor, que le duele mucho su muerte?
El borrachito se vuelve y le contesta muy enojado:
-¿Acaso no está oyendo? Dije “no somos nada”: ¡ni familia, ni amigos y ni siquiera conocidos!
En un pueblito del interior, había fallecido un hombre y cuando estaban velándolo, llegaron los sepultureros y la esposa empezó a gritar:
-¡No se lo lleven por favor, no se lo lleven!
-Señora tranquila, hemos venido para enterrar al muerto.
-¡No por favor, no se lo lleven, no se lo lleven!-, gritaba la mujer.
-Pero señora, tranquila, ha llegado la hora de llevarnos al muerto.
-¡No se lo lleven, no se lo lleven!-, seguía gritando
Hasta que uno de los sepultureros, ya cansado le dijo:
-Bueno señora, ¿Por qué no deja que nos llevemos el muerto?
Y ella le responde:
-¡Es que es la primera vez que duerme en la casa!
Un viejo se está muriendo. Alrededor del lecho poco a poco empieza a surgir una discusión.
-¡Vamos a alquilar un buen coche fúnebre para llevarlo con decencia! -dice la esposa
-¡No creo que se deba gastar tanto dinero! Yo puedo llevarlo en la camioneta del vecino, si me la presta- dice el hijo del viejo moribundo.
-¿Y por qué no lo llevamos al hombro?-. Pregunta el vecino, él casi no pesa nada.
Por fin, el moribundo reúne el resto de las fuerzas que le quedan y dice:
-Si ustedes me ayudan a bajar, tal vez yo pueda llegar al cementerio por mi cuenta.
En un velatorio, llega un borracho con una caja de herramientas, se acerca al cajón y ve a la viuda que le acomodaba la peluca a cada rato al difunto. Se compadece y le dice:
-Salga un momento y yo le arreglo el problema.
A los 10 minutos llama a los parientes, se acercan y ven con asombro que no se le movía para nada el peluquín. Se dirigen al hombre y le dicen:
-¡Muchas gracias! ¿Cuánto le debemos por este favor?
Y él les contesta:
-No es nada señora… ¿qué les voy a cobrar por 4 clavos locos?
Un señor se entera que el tío de su amigo acaba de morir, por lo que va al velorio. Ahí encuentra a su amigo muy triste. Se le acerca y le pregunta:
-Pero, ¿qué pasó? ¿De qué murió tu tío?
-El cigarrillo…
-Le agarró el pulmón…
-No, estaba en el avión, vio una película, ¡y al terminar el muy pelotudo salió a fumar!