Se muda porque ya tuvo sexo con todas las chicas de su pueblo
Un joven de 27 años llegó a estar en bancarrota porque tenía que gastar una fortuna para conocer chicas de otras localidades
Un inglés de 27 años logró el récord de dormir con 500 mujeres distintas en la localidad donde vivía, y tuvo que mudarse para empezar una nueva vida y un nuevo negocio, ya que su adicción al sexo lo llevó a la bancarrota.
Danny James, un tatuador inglés oriundo de Lytham St. Annes, aseguró que gastó "cientos de libras al mes en fiestas y llevando mujeres a los hoteles", e incluso agotó la reserva de mujeres dispuestas a acostarse con él. De hecho, llegó a tener 500 conquistas sólo en su localidad de origen.
"Cuando no quedaban más mujeres con las que no hubiera dormido en el pueblo, gasté una fortuna en taxis para salir a las afueras", explicó James al sitio inglés The Sun. Por ese motivo, el hombre terminó en la quiebra y necesitó una terapia para recuperarse de su adicción al sexo.
"La gente cree que es gracioso, pero es un verdadero problema", aseguró James, quien consultó al terapeuta inglés Steven Pope. A su vez, el especialista aseguró que es una adicción que puede ser "un problema para ambos sexos".
Ahora, James tiene una relación duradera y estable y vive en Liverpool, donde reinició su negocio, ésta vez sin la fijación del sexo para distraerlo.
Un joven de 27 años llegó a estar en bancarrota porque tenía que gastar una fortuna para conocer chicas de otras localidades
Un inglés de 27 años logró el récord de dormir con 500 mujeres distintas en la localidad donde vivía, y tuvo que mudarse para empezar una nueva vida y un nuevo negocio, ya que su adicción al sexo lo llevó a la bancarrota.
Danny James, un tatuador inglés oriundo de Lytham St. Annes, aseguró que gastó "cientos de libras al mes en fiestas y llevando mujeres a los hoteles", e incluso agotó la reserva de mujeres dispuestas a acostarse con él. De hecho, llegó a tener 500 conquistas sólo en su localidad de origen.
"Cuando no quedaban más mujeres con las que no hubiera dormido en el pueblo, gasté una fortuna en taxis para salir a las afueras", explicó James al sitio inglés The Sun. Por ese motivo, el hombre terminó en la quiebra y necesitó una terapia para recuperarse de su adicción al sexo.
"La gente cree que es gracioso, pero es un verdadero problema", aseguró James, quien consultó al terapeuta inglés Steven Pope. A su vez, el especialista aseguró que es una adicción que puede ser "un problema para ambos sexos".
Ahora, James tiene una relación duradera y estable y vive en Liverpool, donde reinició su negocio, ésta vez sin la fijación del sexo para distraerlo.