Se llama Burj Dubai, mide 828 metros y es el edificio más alto del mundo. Este símbolo del 'boom' económico de los emiratos del golfo Pérsico ha sido inaugurado este lunes en Dubái por el jeque Mohamed bin Rashid al Maktum, en una ceremonia con un espectáculo de luz y fuegos artificiales.
La torre tiene 3.000 plazas de aparcamiento y 57 ascensores Con sus 828 metros, el edificio emiratí desbanca al que hasta ahora ha sido el rascacielos más alto del mundo, el Taipei 1001 en Taiwán, con 509 metros de altura. Su inauguración coincide con el cuarto aniversario de la llegada al poder de Al Maktum, gobernante de Dubái, uno de los siete emiratos de EAU. Unos mil agentes de seguridad se han desplazado a la zona donde se encuentra la torre para evitar que se produzcan incidentes.
Éxito a pesar de la crisis
La torre emiratí, con 192 plantas, ha costado 1.500 millones de dólares y ha tardado cinco años en ser construida. La torre tiene 3.000 plazas de aparcamiento, 57 ascensores, un mirador en la planta 123, un observatorio en la 124. Aunque tiene 206 plantas, realmente son operativas 156, a partir de la cual se hace más patente el estrechamiento del rascacielos. Las primeras plantas las ocupa el Hotel Armani, el primero de esta marca. Tendrá habitaciones hasta la planta 39; después llegan 700 apartamentos de lujo, desde la planta 45 a la 108.
El Burj Dubai albergará unas 1.100 viviendas y ya se han vendido casi todas a pesar del estallido de la burbuja inmobiliaria dubaití a finales de 2008 tras seis años de crecimiento desaforado. La crisis provocó la pérdida de miles de puestos de trabajo y proyectos de miles de millones de euros han sido cancelados o aplazados.