El perro es más inteligente que el gato
Los amantes de los gatos los defienden porque son independientes; los
amantes de los perros porque les "hacen fiesta" cuando llegan y
entienden mejor sus órdenes. Cada cuál esgrimirá sus razones para
jactarse de la inteligencia de su mascota, aunque ahora, un estudio
científico definió que los perros son más inteligentes que los gatos.
El trabajo, publicado en la revista New Scientist, usó investigaciones
previas y comparó las habilidades y la capacidad de aprendizaje e
interacción de perros y gatos.
Evaluaron varias categorías. En "cerebro", ganaron los gatos porque
tienen 300 millones de neuronas: casi el doble de las que tienen los
perros. En "domesticación", en cambio, ganaron los perros porque
entraron a los hogares miles de años antes. También ganaron en "afecto"
porque los estudios mostraron que muchas veces el vínculo entre un amo
y su perro es similar al de un padre y un hijo.
Los gatos dominan en "popularidad" -un sondeo en 10 países indicó que
hay más de 200 millones de gatos mascotas, contra 173 millones de
perros-, mientras que en "entendimiento", los perros arrasan porque son
capaces de seguir gestos como una cara de enojo. Sostienen que los
perros, además, se adaptan mejor al ambiente aunque los gatos son más
hábiles con sus sentidos porque su olfato es más preciso. En "utilidad"
ganan los perros por su habilidad para cazar, ser guardianes y detectar
drogas o bombas. En síntesis, los perros ganaron 6 a 5.
Rubén Gatti, presidente de la Asociación Argentina de Medicina Felina
opina: "Es muy difícil medir la inteligencia de dos especies con
comportamientos tan distintos. El perro, por su origen en los lobos que
vivían en manadas, está genéticamente programado para vivir en grupo,
por lo que está más preparado para recibir órdenes y ejecutarlas. El
gato no está codificado para recibir órdenes. ¿Entonces por qué caer en
la trampa de creer que porque el perro responde órdenes es más
inteligente?"
Claro que muchas veces, el valor que se le adjudican a sus
comportamientos depende de la personalidad de sus dueños: "Las personas
proyectan sus necesidades. Algunos valoran la independencia y como su
gato se las arregla solo creen que es más inteligente; otro lo vería
demasiado frío. Hay quienes creen que sus perros son más inteligentes
porque los recibe cuando abre la puerta; otros prefieren al gato, que
muchas veces ni siquiera está cuando uno llega", explica Ariel zapata,
titular de la cátedra de Adiestramiento de la Facultad de Veterinaria
de la UBA.
Los amantes de los gatos los defienden porque son independientes; los
amantes de los perros porque les "hacen fiesta" cuando llegan y
entienden mejor sus órdenes. Cada cuál esgrimirá sus razones para
jactarse de la inteligencia de su mascota, aunque ahora, un estudio
científico definió que los perros son más inteligentes que los gatos.
El trabajo, publicado en la revista New Scientist, usó investigaciones
previas y comparó las habilidades y la capacidad de aprendizaje e
interacción de perros y gatos.
Evaluaron varias categorías. En "cerebro", ganaron los gatos porque
tienen 300 millones de neuronas: casi el doble de las que tienen los
perros. En "domesticación", en cambio, ganaron los perros porque
entraron a los hogares miles de años antes. También ganaron en "afecto"
porque los estudios mostraron que muchas veces el vínculo entre un amo
y su perro es similar al de un padre y un hijo.
Los gatos dominan en "popularidad" -un sondeo en 10 países indicó que
hay más de 200 millones de gatos mascotas, contra 173 millones de
perros-, mientras que en "entendimiento", los perros arrasan porque son
capaces de seguir gestos como una cara de enojo. Sostienen que los
perros, además, se adaptan mejor al ambiente aunque los gatos son más
hábiles con sus sentidos porque su olfato es más preciso. En "utilidad"
ganan los perros por su habilidad para cazar, ser guardianes y detectar
drogas o bombas. En síntesis, los perros ganaron 6 a 5.
Rubén Gatti, presidente de la Asociación Argentina de Medicina Felina
opina: "Es muy difícil medir la inteligencia de dos especies con
comportamientos tan distintos. El perro, por su origen en los lobos que
vivían en manadas, está genéticamente programado para vivir en grupo,
por lo que está más preparado para recibir órdenes y ejecutarlas. El
gato no está codificado para recibir órdenes. ¿Entonces por qué caer en
la trampa de creer que porque el perro responde órdenes es más
inteligente?"
Claro que muchas veces, el valor que se le adjudican a sus
comportamientos depende de la personalidad de sus dueños: "Las personas
proyectan sus necesidades. Algunos valoran la independencia y como su
gato se las arregla solo creen que es más inteligente; otro lo vería
demasiado frío. Hay quienes creen que sus perros son más inteligentes
porque los recibe cuando abre la puerta; otros prefieren al gato, que
muchas veces ni siquiera está cuando uno llega", explica Ariel zapata,
titular de la cátedra de Adiestramiento de la Facultad de Veterinaria
de la UBA.