por MISSARG Mar Dic 08, 2009 7:27 pmUna nave espacial para turistas
En contra de las apariencias globalizantes, parece que la última frontera del capitalismo no se encuentra en algún lugar remoto de Asia sino más allá de los cien kilómetros sobre la superficie de la Tierra. Así lo piensa Richard Branson —el multimillonario tanto en dinero como en auto-bombo— que dentro su sueño para extraer beneficios fuera de este mundo ha presentado este lunes la flamante nave espacial «Virgin Space Ship Enterprise».
Se trata de un vehículo reusable para viajeros dispuestos a pagar por cabeza 200.000 dólares (135.700 euros al cambio) por experimentar el equivalente a la madre de todas las montañas rusas, incluido el placer de dar esquinazo durante cinco minutos a la ley de la gravedad. El proyecto cuenta con tres centenares de potenciales clientes que ya han adelanto depósitos del 10 % para ser de los primeros en embarcarse en el «VSS Enterprise», teóricamente a partir del 2011.
La presentación ha tenido lugar en una porción del desierto del Mojave, entre Los Ángeles y Las Vegas, que durante los últimos años se ha convertido en el «Detroit de los cohetes privados». Con media docena de empresas establecidas con un afán competitivo que algunos historiadores espaciales no dudan en comparar con la estratégica rivalidad entre EE.UU. y la URSS planteada tras el lanzamiento del satélite «Sputnik».
Entre todos esos montajes empresariales que consideran el espacio como un negocio privado potencialmente rentable, el más destacado es de la compañía Virgin Galactic de Richard Branson, asociada con el talento tecnológico de Burt Rutan. Ingeniero que en el 2004 ganó con su «SpaceShipOne» los diez millones de dólares ofrecidos por una fundación como premio para quien fuera capaz de poner en marcha la primera nave espacial privada.
Los planes de Branson, con un presupuesto de 450 millones de dólares, incluyen una flota inicial de seis naves. Con un año y medio de pruebas antes de realizar los primeros vuelos de pago desde un pionero «puerto espacial» situado en Upham, Nuevo México, y que contará con una generosa pista de aterrizaje de tres kilómetros.
La ambición confesada de Richard Branson es poder operar en el plazo de una década una flota de cuarenta naves. Con cada unidad realizando dos vuelos suborbitales al día en diferentes partes del mundo. Y eso sería solamente el comienzo. Ya que el empresario británico sueña con la posibilidad de rutas intercontinentales reducidas a una hora, hoteles en órbita y hasta sobrevuelos de la Luna.
El prototipo, de materiales ligeros y dotado de cohete híbrido todavía por ultimar, tiene capacidad para seis pasajeros y dos pilotos. Su diseño incorpora una serie de grandes ventanas redondas para facilitar el disfrute de todas las vistas espectaculares prometidas a sus pasajeros de pago, incluida la curvatura de la Tierra contra el vacío del espacio. La capsula será elevada con ayuda de un especial avión nodriza.
El primer modelo, presentado con una coreografiada gala en la que solamente falló una temperatura de 4 grados bajo cero, ha sido bautizado siguiendo la tradición náutica con ayuda de una botella de champán por los gobernadores de California, Arnold Schwarzenegger, y de Nuevo México, Bill Richardson. Pero el primer vuelo ya está reservado para Branson, su familia y su socio Burt Rutan.fuente
En contra de las apariencias globalizantes, parece que la última frontera del capitalismo no se encuentra en algún lugar remoto de Asia sino más allá de los cien kilómetros sobre la superficie de la Tierra. Así lo piensa Richard Branson —el multimillonario tanto en dinero como en auto-bombo— que dentro su sueño para extraer beneficios fuera de este mundo ha presentado este lunes la flamante nave espacial «Virgin Space Ship Enterprise».
Se trata de un vehículo reusable para viajeros dispuestos a pagar por cabeza 200.000 dólares (135.700 euros al cambio) por experimentar el equivalente a la madre de todas las montañas rusas, incluido el placer de dar esquinazo durante cinco minutos a la ley de la gravedad. El proyecto cuenta con tres centenares de potenciales clientes que ya han adelanto depósitos del 10 % para ser de los primeros en embarcarse en el «VSS Enterprise», teóricamente a partir del 2011.
La presentación ha tenido lugar en una porción del desierto del Mojave, entre Los Ángeles y Las Vegas, que durante los últimos años se ha convertido en el «Detroit de los cohetes privados». Con media docena de empresas establecidas con un afán competitivo que algunos historiadores espaciales no dudan en comparar con la estratégica rivalidad entre EE.UU. y la URSS planteada tras el lanzamiento del satélite «Sputnik».
Entre todos esos montajes empresariales que consideran el espacio como un negocio privado potencialmente rentable, el más destacado es de la compañía Virgin Galactic de Richard Branson, asociada con el talento tecnológico de Burt Rutan. Ingeniero que en el 2004 ganó con su «SpaceShipOne» los diez millones de dólares ofrecidos por una fundación como premio para quien fuera capaz de poner en marcha la primera nave espacial privada.
Los planes de Branson, con un presupuesto de 450 millones de dólares, incluyen una flota inicial de seis naves. Con un año y medio de pruebas antes de realizar los primeros vuelos de pago desde un pionero «puerto espacial» situado en Upham, Nuevo México, y que contará con una generosa pista de aterrizaje de tres kilómetros.
La ambición confesada de Richard Branson es poder operar en el plazo de una década una flota de cuarenta naves. Con cada unidad realizando dos vuelos suborbitales al día en diferentes partes del mundo. Y eso sería solamente el comienzo. Ya que el empresario británico sueña con la posibilidad de rutas intercontinentales reducidas a una hora, hoteles en órbita y hasta sobrevuelos de la Luna.
El prototipo, de materiales ligeros y dotado de cohete híbrido todavía por ultimar, tiene capacidad para seis pasajeros y dos pilotos. Su diseño incorpora una serie de grandes ventanas redondas para facilitar el disfrute de todas las vistas espectaculares prometidas a sus pasajeros de pago, incluida la curvatura de la Tierra contra el vacío del espacio. La capsula será elevada con ayuda de un especial avión nodriza.
El primer modelo, presentado con una coreografiada gala en la que solamente falló una temperatura de 4 grados bajo cero, ha sido bautizado siguiendo la tradición náutica con ayuda de una botella de champán por los gobernadores de California, Arnold Schwarzenegger, y de Nuevo México, Bill Richardson. Pero el primer vuelo ya está reservado para Branson, su familia y su socio Burt Rutan.fuente
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