(www.neomundo.com.ar / saludyciencias.com.ar) A nadie le gusta
estar de mal humor o sentirse un gruñón. Sin embargo, un equipo
australiano concluyó que este estado de ánimo, aparentemente negativo,
da ciertas ventajas a las personas que lo transitan. Según su
investigación el mal humor hace que las personas estén más atentas y
piensen más claramente, con lo cual toman mejores decisiones en los
escenarios complicados.
En el artículo publicado en la prestigiosa revista Sciencie,
Joe Forgas, el principal autor del estudio, explicó que esta diferencia
se debe a que el cerebro cambia la estrategia que usa para procesar
información de acuerdo al estado de ánimo predominante.
Para llegar a estas conclusiones, los científicos de la Universidad
de Gales del Sur dividieron a los voluntarios en dos grupos y les
proyectaron una serie de películas. A su vez, les pidieron que
rememoraran momentos alegres o tristes de su propia historia personal.
El objetivo era generar un buen o mal estado de ánimo en cada uno de
ellos.
El humor y la atención
Ya con el buen o mal humor presente, se midieron sus capacidades
cognitivas con diversos ejercicios y actividades. Por ejemplo, se les
hizo observar un evento y luego relatarlo, para ver con cuanta eficacia
lo podían hacer.
Se observó que los mejores resultados y la menor tasa de errores estuvieron del lado de los gruñones,
ya que las personas de ceño fruncido piensan mejor y con más claridad.
Por ese motivo, son bastante más eficientes a la hora analizar el la
realidad y tomar decisiones correctas.
A su vez, no es tan fácil engañarlos ya que son menos propensos a
creer lo que se les diga. También son mejores a la hora de comunicar
algo, ya sea de manera escrita o en una simple conversación. Un humor
moderadamente negativo promueve una comunicación más concreta,
armoniosa y, por ese motivo, exitosa, aseguraron los autores.
Las personas más alegres y dicharacheros tienen la ventaja de
volverse más creativas. Su buen ánimo los torna más flexibles y
adaptables, así como más propensos a trabajar bien en equipo y a ayudar
en la dirección del esfuerzo conjunto. Sin embargo, los gruñones se
concentran más fácilmente y reflexionan mejor. Gracias a esta ventaja,
pueden manejar mucho más eficientemente las situaciones complejas o
difíciles.
Más información en www.neomundo.com.ar http://ar.news.yahoo.com/s/30112009/32/mal-humor-ayuda-pensar-mas-claramente.html
estar de mal humor o sentirse un gruñón. Sin embargo, un equipo
australiano concluyó que este estado de ánimo, aparentemente negativo,
da ciertas ventajas a las personas que lo transitan. Según su
investigación el mal humor hace que las personas estén más atentas y
piensen más claramente, con lo cual toman mejores decisiones en los
escenarios complicados.
En el artículo publicado en la prestigiosa revista Sciencie,
Joe Forgas, el principal autor del estudio, explicó que esta diferencia
se debe a que el cerebro cambia la estrategia que usa para procesar
información de acuerdo al estado de ánimo predominante.
Para llegar a estas conclusiones, los científicos de la Universidad
de Gales del Sur dividieron a los voluntarios en dos grupos y les
proyectaron una serie de películas. A su vez, les pidieron que
rememoraran momentos alegres o tristes de su propia historia personal.
El objetivo era generar un buen o mal estado de ánimo en cada uno de
ellos.
El humor y la atención
Ya con el buen o mal humor presente, se midieron sus capacidades
cognitivas con diversos ejercicios y actividades. Por ejemplo, se les
hizo observar un evento y luego relatarlo, para ver con cuanta eficacia
lo podían hacer.
Se observó que los mejores resultados y la menor tasa de errores estuvieron del lado de los gruñones,
ya que las personas de ceño fruncido piensan mejor y con más claridad.
Por ese motivo, son bastante más eficientes a la hora analizar el la
realidad y tomar decisiones correctas.
A su vez, no es tan fácil engañarlos ya que son menos propensos a
creer lo que se les diga. También son mejores a la hora de comunicar
algo, ya sea de manera escrita o en una simple conversación. Un humor
moderadamente negativo promueve una comunicación más concreta,
armoniosa y, por ese motivo, exitosa, aseguraron los autores.
Las personas más alegres y dicharacheros tienen la ventaja de
volverse más creativas. Su buen ánimo los torna más flexibles y
adaptables, así como más propensos a trabajar bien en equipo y a ayudar
en la dirección del esfuerzo conjunto. Sin embargo, los gruñones se
concentran más fácilmente y reflexionan mejor. Gracias a esta ventaja,
pueden manejar mucho más eficientemente las situaciones complejas o
difíciles.
Más información en www.neomundo.com.ar http://ar.news.yahoo.com/s/30112009/32/mal-humor-ayuda-pensar-mas-claramente.html