Los misteriosos caminos del amor
Entrevista Los protagonistas de "Tres deseos" El filme de Vivián Imar y Marcelo Trotta, que se estrena mañana, se centra en un complicado triángulo romántico.
"Bueno, quizás sea una hemorragia de nuevo cine argentino". Esta vez el periodista responde el desborde de curiosidad con el que te abaraja Julieta Cardinali no bien llegás, beso, beso, apretón de manos (son tres). Todavía no pediste ni la coca y Julieta quiere saber qué te pareció la película. Así nomás, con la más dulce de las inquisiciones que puede haber en una mirada, pero inquisidora al fin. Antonio Birabent escucha "hemorragia" y se ríe desde la gruta que tiene por garganta. Florencia Raggi hace "olíí". El problema es el lapsus. Antonio agarra una servilleta y escribe algo. ¿Vas a ponerle Hemorragia a tu proximo disco, Antonio? En ese momento no dio preguntarlo porque había que enmendar, reemplazar, seguir adelante. O peor: empezar.
Una hemorragia, digo, un homenaje anticipado al work in progress que supone el "Nuevo cine argentino". "Tres deseos" tiene las mejores cartas de presentación: la playa, los días nublados, la melancolía rioplatense (se filmó íntegramente en Colonia, Uruguay), un poco de sexo, tedio, aburrimiento manifiesto...
Antonio: ¿Qué es el nuevo cine argentino? Disculpame, eh, lo pregunto con total ingenuidad.
Claro, vos sos cantante, no tenés por qué saberlo, pero ustedes dos entienden de qué estamos hablando, ¿no?
Flor/Juli: Nooo, jajá, ni idea, ahora nos vas a explicar, jajá.
Flor: Para mí es un cine de autor, claramente.
Antonio (se ve que el ferné sirve para recobrar la memoria): Ni por edades ni por ideas, los directores están cerca de ese nuevo cine argentino. A mí se me hace que es una película de una maduración distinta a lo que es, o puede ser, el nuevo cine argentino. Lo cual no es mejor ni peor. Vale la pena aclararlo. La película tiene un tiempo, un tempo interesante.
Julieta: A mí el guión me gustó mucho. Al no conocer a los directores (Marcelo Trotta y Vivián Imar), que en este caso hacían su opera prima de ficción, me dejé llevar por el guión y a medida que iba leyendo notaba una gran sensibilidad en los textos y la historia. A mí, como actriz y consumidora de cine, me gustan las películas en las que me puedo identificar con lo que pasa. Que no estás contando algo extremo, que no es una historia de drogas o prostitución o de gente que se tira pedos de colores con forma de calaveras.
Flor: Que sea algo cotidiano, creíble.
Juli: Yo vi la película hace poco y creo que respetaron lo que me pasó cuando leí el guión. Los tres personajes me gustaron de principio a fin
Antonio: De entrada entendés que Tres deseos es una película de tres y que los tres éramos un organismo vivo.
Es un filme donde las pausas y la prosodia juegan un papel relevante y por momentos, agobiante. ¿Están de acuerdo?
Antonio: Ese aparentar que no pasa nada, esos silencios son el impasse donde están ocurriendo las cosas. Es un poco la vida misma.
Flor: Los silencios van contando la historia.
Juli: Esos silencios son fundamentales.
Flor: Perdón, me quedé colgada con el tema del guión. Quería decir que no coincido con Juli. Yo no me enamoré del guión, a mí me pareció muy riesgoso. Dije: '¿y esto cómo va a estar contado?' Me parecía un riesgo enorme. Yo me preguntaba si iba a ser interesante la historia. Me quité los miedos cuando vi Legado, el documental que habían hecho antes. Lo bien contado que estaba, lo sensible que era que era.
Todo el peso del guión cae sobre ustedes. ¿No sintieron una presión casi teatral?
Flor: Absolutamente.
Antonio: Está muy logrado y, para mí, habla del intento de ser feliz. Tres personas que descubren su felicidad y su infelicidad.
Vos, Antonio, hacés de un fumador en cadena que siempre anda rumiando detrás de una cortina de humo. Bienvenido el regreso del humo, pero en esta Buenos Aires hubiera sido imposible filmar "Tres deseos".
Antonio: Estoy de acuerdo, Colonia es el cuarto protagonista de la historia. Ese humo es un ocultamiento, es un humo que no deja ver. Me gusta pensar que Pablo, mi personaje, es un hombre tóxico. Tóxico y autodestructivo. Fumar era clave para el desarrollo de del personaje.
Juli: ¡Total! Y Colonia ayuda mucho. Flor: Estuvo buenísimo que no hubiera sol, apenas una bruma. Y esa música, y la estética, la fotografía, lo bello, lo sentimental...
Groucho Marx decía que las mujeres son un placer ocasional, pero los cigarros son siempre humo.
Antonio: Yo no fumo, pero después de este rodaje me quedó clarísimo porqué fuma la gente. Entendí perfectamente el vicio.
Si el cine y la fotografía nacen de la contemplación, acá queda más que claro la importancia de la imagen: los encuadres cerrados, pero también la belleza de los protagonistas. ¿Saben cómo se pensó el casting?
Antonio: Por lo que sé, los directores tenían una información muy clara a la hora de elegirnos.
Juli: Casting no hubo, nos llamaron directamente. Flor: Fue sumamente estudiado todo. Ellos iban filmando los ensayos y entonces llegaron al rodaje sabiendo cada plano.
Juli: De entrada se habló sobre una película de planos cortos, porque querían ver mucho la mirada de los actores que cuentan la película. Tengo entendido que reescribieron el guión como veinte veces.
Sin embargo, las palabras no se amontonan y cuando aparecen adquieren relieve, ¿no?, como si cada frase estuviera en 3D.
Antonio: De a ratos las palabras van armando una suerte de crueldad amable.
Flor: Desde la primera escena, cuando vos me apagás el reflector donde yo estoy dibujando, mi trabajo en la película, el espectador entiende que pasa algo.
Antonio: Por momentos la palabra brota; por momentos, desaparece. «fuente
Entrevista Los protagonistas de "Tres deseos" El filme de Vivián Imar y Marcelo Trotta, que se estrena mañana, se centra en un complicado triángulo romántico.
"Bueno, quizás sea una hemorragia de nuevo cine argentino". Esta vez el periodista responde el desborde de curiosidad con el que te abaraja Julieta Cardinali no bien llegás, beso, beso, apretón de manos (son tres). Todavía no pediste ni la coca y Julieta quiere saber qué te pareció la película. Así nomás, con la más dulce de las inquisiciones que puede haber en una mirada, pero inquisidora al fin. Antonio Birabent escucha "hemorragia" y se ríe desde la gruta que tiene por garganta. Florencia Raggi hace "olíí". El problema es el lapsus. Antonio agarra una servilleta y escribe algo. ¿Vas a ponerle Hemorragia a tu proximo disco, Antonio? En ese momento no dio preguntarlo porque había que enmendar, reemplazar, seguir adelante. O peor: empezar.
Una hemorragia, digo, un homenaje anticipado al work in progress que supone el "Nuevo cine argentino". "Tres deseos" tiene las mejores cartas de presentación: la playa, los días nublados, la melancolía rioplatense (se filmó íntegramente en Colonia, Uruguay), un poco de sexo, tedio, aburrimiento manifiesto...
Antonio: ¿Qué es el nuevo cine argentino? Disculpame, eh, lo pregunto con total ingenuidad.
Claro, vos sos cantante, no tenés por qué saberlo, pero ustedes dos entienden de qué estamos hablando, ¿no?
Flor/Juli: Nooo, jajá, ni idea, ahora nos vas a explicar, jajá.
Flor: Para mí es un cine de autor, claramente.
Antonio (se ve que el ferné sirve para recobrar la memoria): Ni por edades ni por ideas, los directores están cerca de ese nuevo cine argentino. A mí se me hace que es una película de una maduración distinta a lo que es, o puede ser, el nuevo cine argentino. Lo cual no es mejor ni peor. Vale la pena aclararlo. La película tiene un tiempo, un tempo interesante.
Julieta: A mí el guión me gustó mucho. Al no conocer a los directores (Marcelo Trotta y Vivián Imar), que en este caso hacían su opera prima de ficción, me dejé llevar por el guión y a medida que iba leyendo notaba una gran sensibilidad en los textos y la historia. A mí, como actriz y consumidora de cine, me gustan las películas en las que me puedo identificar con lo que pasa. Que no estás contando algo extremo, que no es una historia de drogas o prostitución o de gente que se tira pedos de colores con forma de calaveras.
Flor: Que sea algo cotidiano, creíble.
Juli: Yo vi la película hace poco y creo que respetaron lo que me pasó cuando leí el guión. Los tres personajes me gustaron de principio a fin
Antonio: De entrada entendés que Tres deseos es una película de tres y que los tres éramos un organismo vivo.
Es un filme donde las pausas y la prosodia juegan un papel relevante y por momentos, agobiante. ¿Están de acuerdo?
Antonio: Ese aparentar que no pasa nada, esos silencios son el impasse donde están ocurriendo las cosas. Es un poco la vida misma.
Flor: Los silencios van contando la historia.
Juli: Esos silencios son fundamentales.
Flor: Perdón, me quedé colgada con el tema del guión. Quería decir que no coincido con Juli. Yo no me enamoré del guión, a mí me pareció muy riesgoso. Dije: '¿y esto cómo va a estar contado?' Me parecía un riesgo enorme. Yo me preguntaba si iba a ser interesante la historia. Me quité los miedos cuando vi Legado, el documental que habían hecho antes. Lo bien contado que estaba, lo sensible que era que era.
Todo el peso del guión cae sobre ustedes. ¿No sintieron una presión casi teatral?
Flor: Absolutamente.
Antonio: Está muy logrado y, para mí, habla del intento de ser feliz. Tres personas que descubren su felicidad y su infelicidad.
Vos, Antonio, hacés de un fumador en cadena que siempre anda rumiando detrás de una cortina de humo. Bienvenido el regreso del humo, pero en esta Buenos Aires hubiera sido imposible filmar "Tres deseos".
Antonio: Estoy de acuerdo, Colonia es el cuarto protagonista de la historia. Ese humo es un ocultamiento, es un humo que no deja ver. Me gusta pensar que Pablo, mi personaje, es un hombre tóxico. Tóxico y autodestructivo. Fumar era clave para el desarrollo de del personaje.
Juli: ¡Total! Y Colonia ayuda mucho. Flor: Estuvo buenísimo que no hubiera sol, apenas una bruma. Y esa música, y la estética, la fotografía, lo bello, lo sentimental...
Groucho Marx decía que las mujeres son un placer ocasional, pero los cigarros son siempre humo.
Antonio: Yo no fumo, pero después de este rodaje me quedó clarísimo porqué fuma la gente. Entendí perfectamente el vicio.
Si el cine y la fotografía nacen de la contemplación, acá queda más que claro la importancia de la imagen: los encuadres cerrados, pero también la belleza de los protagonistas. ¿Saben cómo se pensó el casting?
Antonio: Por lo que sé, los directores tenían una información muy clara a la hora de elegirnos.
Juli: Casting no hubo, nos llamaron directamente. Flor: Fue sumamente estudiado todo. Ellos iban filmando los ensayos y entonces llegaron al rodaje sabiendo cada plano.
Juli: De entrada se habló sobre una película de planos cortos, porque querían ver mucho la mirada de los actores que cuentan la película. Tengo entendido que reescribieron el guión como veinte veces.
Sin embargo, las palabras no se amontonan y cuando aparecen adquieren relieve, ¿no?, como si cada frase estuviera en 3D.
Antonio: De a ratos las palabras van armando una suerte de crueldad amable.
Flor: Desde la primera escena, cuando vos me apagás el reflector donde yo estoy dibujando, mi trabajo en la película, el espectador entiende que pasa algo.
Antonio: Por momentos la palabra brota; por momentos, desaparece. «fuente