Una de los misterios más controversionales del retrato de Mona Lisa por
Leonardo Da Vinci, es su polémica sonrisa. De hecho muchas personas ven
en ella sentimientos encontrados por lo que se les hace dificil
determinar si en realidad está sonriendo o no. La buena noticia es que
los neruocientíficos del Intituto de Neurociencias de Alicante, España,
han dado una respuesta por lo que la sonrisa de la Mona Lisa ya no será
más un misterio.
Según explican los neurocientíficos el problema radica en los muchos
canales visuales encargados de analizar el tamaño, la claridad, el
brillo y la ubicación de diferentes objetos. Así el caso de la Mona
Lisa, depende del canal que le envíe la información primero a nuestro
cerebro, es decir, algunos canales verán una sonrisa, mientras que
otros no.
Luis Martinez Otero, neurocientífico de dicho Instituto lo explicó así:
A veces un canal le gana al otro y vemos una sonrisa. A veces otros le ganan y no vemos una sonrisa.
Lo curioso aquí no es lo que sucede con nuestro cerebro y sus canales
visuales ni la expresión de la pintura, sino más bien que Leonardo Da
Vinci pretendia conseguir ese efecto. De hecho en uno sus libros de
anotaciones revelaba que estaba tratando de pintar expresiones
dinámicas porque eso es lo que veía diariamente en la calle.