Un apostador anónimo jugó al Brinco y se llevó diez millones de pesos
Quién habrá soñado con huevos, San Cono, un gato, un soldado, una mujer
y un loco para transformarlos en números? ¿Quién los habrá apostado
para ser el único ganador de esta suma brutal? El domingo por la noche,
el afortunado ganó 9.688.139,93 pesos al acertar los seis números de la
jugada número 500 del Brinco. La noticia conmocionó al barrio de Villa
Luro, donde se hizo la jugada, pero del ganador todavía no hay noticias.
El
apostador confeccionó su boleta con los números 00, 03, 05, 12, 21 y 22
en "Los Ganadores", una agencia de lotería ubicada en Rivadavia al
9559. Leonardo Alonso, el empleado del local, repite a los clientes que
se acercan: "No tenemos idea de quién es y dudo que aparezca".
Es
que para hacerse acreedores del premio, los ganadores no deben
presentarse en la agencia donde adquirieron la boleta, sino
directamente en Lotería Nacional. "Es imposible saber si es del
barrio", afirma Alonso mientras por la avenida pasa una de las once
líneas de colectivos que llegan al lugar. "Puede ser de Capital o de
Provincia. Suele ocurrir que la gente antes de tomarse el micro entre a
la agencia", explicó Alonso. Así es que dar con el apostador resulta
casi tan improbable como ganar. La realidad indica que es una costumbre
que los ganadores no se den a conocer. E incluso desde Lotería Nacional
tratan de mantener el anonimato de los nuevos millonarios. Pero algunos
casos trascienden las fronteras del hogar y toman conocimiento público,
como el de la familia Saravia, de Magdalena (ver "Otra...").
Mientras
no aparece el dueño –o dueña– de la fortuna, en "Los Ganadores" los
clientes con sus cábalas y mañas siguen soñando. "Si hubiese sido yo,
le compro un departamento a cada uno de mis hijos y después, mi casa",
imagina Lucía Gómez, vecina de Villa Luro. Begonia Iñíguez, de 83 años,
también prefiere el legado: "Todo sería para mis nietos". Y al fondo
del local, donde los caballos parecen salir de la pantalla, un hombre
que mira la carrera, se distrae y arriesga en el aire: "El tipo que
ganó los 10 millones ya debe estar en la playa, disfrutando".
Brinco,
el juego que entregó el dinero, se posicionó bien en las últimas
semanas. Según el encargado de la agencia, "es el pozo lo que hace
popular un juego, y que como el Brinco venía acumulando, la gente lo
elegía". Pero los tradicionales siguen siendo el Loto y el Quini 6, que
brindan más oportunidades o "premios consuelo" con la misma boleta.
Otro vecino, que se ha acercado a la agencia para preguntar por el
ganador, analiza: "El triunfo de la persona que ganó vale doble, porque
al Brinco tenés que pegarle sí o sí, ya que no tenés muchas chances".
En
unas semanas, "Los Ganadores" recibirá una buena comisión por vender la
boleta ganadora. Y están orgullosos: "Nunca entregamos premios de esta
magnitud, así que esperamos darle suerte a los vecinos", dice Alonso,
mientras estira la mano y regala tres caramelos a una clienta, cábala
de la agencia.
y un loco para transformarlos en números? ¿Quién los habrá apostado
para ser el único ganador de esta suma brutal? El domingo por la noche,
el afortunado ganó 9.688.139,93 pesos al acertar los seis números de la
jugada número 500 del Brinco. La noticia conmocionó al barrio de Villa
Luro, donde se hizo la jugada, pero del ganador todavía no hay noticias.
El
apostador confeccionó su boleta con los números 00, 03, 05, 12, 21 y 22
en "Los Ganadores", una agencia de lotería ubicada en Rivadavia al
9559. Leonardo Alonso, el empleado del local, repite a los clientes que
se acercan: "No tenemos idea de quién es y dudo que aparezca".
Es
que para hacerse acreedores del premio, los ganadores no deben
presentarse en la agencia donde adquirieron la boleta, sino
directamente en Lotería Nacional. "Es imposible saber si es del
barrio", afirma Alonso mientras por la avenida pasa una de las once
líneas de colectivos que llegan al lugar. "Puede ser de Capital o de
Provincia. Suele ocurrir que la gente antes de tomarse el micro entre a
la agencia", explicó Alonso. Así es que dar con el apostador resulta
casi tan improbable como ganar. La realidad indica que es una costumbre
que los ganadores no se den a conocer. E incluso desde Lotería Nacional
tratan de mantener el anonimato de los nuevos millonarios. Pero algunos
casos trascienden las fronteras del hogar y toman conocimiento público,
como el de la familia Saravia, de Magdalena (ver "Otra...").
Mientras
no aparece el dueño –o dueña– de la fortuna, en "Los Ganadores" los
clientes con sus cábalas y mañas siguen soñando. "Si hubiese sido yo,
le compro un departamento a cada uno de mis hijos y después, mi casa",
imagina Lucía Gómez, vecina de Villa Luro. Begonia Iñíguez, de 83 años,
también prefiere el legado: "Todo sería para mis nietos". Y al fondo
del local, donde los caballos parecen salir de la pantalla, un hombre
que mira la carrera, se distrae y arriesga en el aire: "El tipo que
ganó los 10 millones ya debe estar en la playa, disfrutando".
Brinco,
el juego que entregó el dinero, se posicionó bien en las últimas
semanas. Según el encargado de la agencia, "es el pozo lo que hace
popular un juego, y que como el Brinco venía acumulando, la gente lo
elegía". Pero los tradicionales siguen siendo el Loto y el Quini 6, que
brindan más oportunidades o "premios consuelo" con la misma boleta.
Otro vecino, que se ha acercado a la agencia para preguntar por el
ganador, analiza: "El triunfo de la persona que ganó vale doble, porque
al Brinco tenés que pegarle sí o sí, ya que no tenés muchas chances".
En
unas semanas, "Los Ganadores" recibirá una buena comisión por vender la
boleta ganadora. Y están orgullosos: "Nunca entregamos premios de esta
magnitud, así que esperamos darle suerte a los vecinos", dice Alonso,
mientras estira la mano y regala tres caramelos a una clienta, cábala
de la agencia.