Tratamientos de Parafina
La parafina es fácil de usar y ayuda a humectar la piel a niveles
profundos. Humecta la piel porque aumenta el fluyo sanguíneo en el área
tratada. Esto hace que la húmeda de las capas profundas de la piel se
expanda a las capas superiores. Debido a la parafina esta humedad no
puede evaporarse sino que regresa a las capas profundas ayudando así a
hidratar, alimentar y rejuvenecer la piel.
La parafina se usa durante las faciales como mascarilla también se usa
en tratamientos corporales y durante la pedicura y manicura para
suavizar la piel.
La parafina se calienta para derretirla. En los salones de belleza y
spas se dispone de un aparatito especial que se encarga de derretirla y
mantenerla a la temperatura ideal. Recientemente han aparecido
versiones de este aparato para usarse en la casa. Antes de inventarse
estos aparatos la parafina se ponía a derretir a baño Maria. La
parafina puede obtenerse en tiendas de manualidades o tiendas de
productos de estética.
Una vez que la parafina se derrite la temperatura tiene que ser caliente pero agradable al tacto.
Límpiate o lávate el área a tratarse.
Aplícate crema en el área a tratar o algún humectante
Sumerge el área a tratar en la parafina (despacio) o aplícala con una
brocha si no puede sumergirse. Repite este paso tres o cuatro veces.
Dependiendo del espesor de la capa de parafina. Si se esta aplicando en
las manos se debe separa los dedos.
Cubre el área tratada con una bolsa plástica. Sobre la bolsa cubre con
toallas para conservar la temperatura. Deja la parafina puesta hasta
que se sienta fría. No te muevas durante el tratamiento porque si la
parafina se quiebra el efecto desparece.
Retira la parafina. En los spas la parafina no se reusa.
Después del tratamiento veras como tu piel se siente suave y sedosa. Es
ideal para pieles secas y climas fríos. Muchas personas creen que
también ayuda a las personas que padecen de artritis.
Fuente (s):
www.lindisima.com/piel2/parafina.htm
La parafina es fácil de usar y ayuda a humectar la piel a niveles
profundos. Humecta la piel porque aumenta el fluyo sanguíneo en el área
tratada. Esto hace que la húmeda de las capas profundas de la piel se
expanda a las capas superiores. Debido a la parafina esta humedad no
puede evaporarse sino que regresa a las capas profundas ayudando así a
hidratar, alimentar y rejuvenecer la piel.
La parafina se usa durante las faciales como mascarilla también se usa
en tratamientos corporales y durante la pedicura y manicura para
suavizar la piel.
La parafina se calienta para derretirla. En los salones de belleza y
spas se dispone de un aparatito especial que se encarga de derretirla y
mantenerla a la temperatura ideal. Recientemente han aparecido
versiones de este aparato para usarse en la casa. Antes de inventarse
estos aparatos la parafina se ponía a derretir a baño Maria. La
parafina puede obtenerse en tiendas de manualidades o tiendas de
productos de estética.
Una vez que la parafina se derrite la temperatura tiene que ser caliente pero agradable al tacto.
Límpiate o lávate el área a tratarse.
Aplícate crema en el área a tratar o algún humectante
Sumerge el área a tratar en la parafina (despacio) o aplícala con una
brocha si no puede sumergirse. Repite este paso tres o cuatro veces.
Dependiendo del espesor de la capa de parafina. Si se esta aplicando en
las manos se debe separa los dedos.
Cubre el área tratada con una bolsa plástica. Sobre la bolsa cubre con
toallas para conservar la temperatura. Deja la parafina puesta hasta
que se sienta fría. No te muevas durante el tratamiento porque si la
parafina se quiebra el efecto desparece.
Retira la parafina. En los spas la parafina no se reusa.
Después del tratamiento veras como tu piel se siente suave y sedosa. Es
ideal para pieles secas y climas fríos. Muchas personas creen que
también ayuda a las personas que padecen de artritis.
Fuente (s):
www.lindisima.com/piel2/parafina.htm