El topo dorado (Amblysomus
hottentotus) habita en África ecuatorial y austral. Sus patas no están
desarrolladas como las del topo europeo, y excava valiéndose del hocico
y de la cabeza. Se ha comprobado experimentalmente que un topo dorado
adulto es capaz de levantar un peso de nueve kilos sólo con la cabeza.
¡Nada dédil nuestro topo!
Ahora bien, se dice que este topo
“escucha” los sonidos mediante la arena y así puede cazar a sus
víctimas, ah, sin olvidar que es totalmente ciego y sordo. ¿Será acaso
esto cierto? O ¿será solo una leyenda urbana?
Pues bien, es
cierto. El “sonido”, simplemente, es una manera de percibir
determinadas ondas. Hay animales (como el topo dorado del Desierto del
Sahara) que perciben el “sonido” por medio de la piel, del tacto. Es
ciego y sordo, pero vive de cazar termitas y hormigas fundamentalmente,
porque “oye” con su piel los movimientos de sus presas sobre la arena
del desierto durante la noche. Durante el día se desplaza bajo la arena
para evitar la fuerte radiación solar, que para él nunca ha sido ni
será “luz”, sino calor, ya que carece de ojos.
Y aunque no posee
ojos, sí tiene patas traseras muy desarrolladas para “nadar” através de
la arena y, como protección para su nariz, ha desarrollado una
almohadilla córnea alrededor de ésta.
¿Que tal? ¿Lo sabías?