Violencia en Newell's: 17 detenidos, una misma versión
Prácticamente todos los barras apresados por los incidentes del lunes coincidieron con el abogado del todavía prófugo Pimpi en que no hubo un ataque de su parte, sino que ellos fueron los agredidos cuando quisieron cumplir el trámite de reempadronamiento en el club. Por ahora, salvo en algún caso puntual, no habría excarcelaciones
La versión de que los incidentes del lunes en Newell´s se produjeron por un enfrentamientos entre dos facciones de la hinchada no es exclusiva de Roberto Pimpi Camino, el jefe barra brava con orden de captura cuyo abogado, Carlos Varela, aseguró que ni él ni sus hermanos estuvieron en el lugar y que es víctima de una “caza de brujas” orquestada por la dirigencia, la policía y el ministro de Seguridad, Daniel Cuenca.
Este jueves ya habían terminado de declarar en Tribunales los 17 detenidos en la causa y, según trascendió, prácticamente todos repitieron un relato similar: que llegaron para ejercer su derecho a reempadronarse en el club del cual son socios y que se produjo una pelea con otros hinchas, supuestamente liderados por Diego “Panadero” Ochoa.
Algunos de los abogados se apuraron incluso a pedir la excarcelación de sus defendidos, algo que parece difícil que se produzca en el corto plazo con la tipificación de “intimidación pública doblemente agravda” con la que la jueza Alejandra Rodenas caratuló el caso.
Justamente a cambiar la carátula del expediente parecieron apuntar los dichos del abogado Varela, quien además insiste en que Pimpi y sus hermanos no estuvieron en el lugar de los hechos como sostienen testimonios, entre ellos el de una mujer policía que estaba de custodia en la entrada a la administración del club, que llevaron a la magistrada a dictar la orden de captura de los Camino –que aún continuaban prófugos– bajo la sospecha de que fueron los organizadores de la violenta incursión de la barra brava.
Más allá de la versión coincidente de los detenidos y de los Camino, esto no parece ser suficiente para que se cambie la carátula por una tipificación menos grave, que facilite las excarcelaciones. En todo caso, si algo puede cambiar la situación de los barras apresados en el corto o mediano plazo es que Pimpi sea detenido o se entregue, cosa que su abogado dijo que se producirá en las próximas horas.
Más díficil aún parece ser que el líder barra brava que durante la presidencia de Eduardo López manejó importantes espacios de poder en el club consiga despegarse de los hechos: para los investigadores es un hecho que los colectivos con los hinchas que protagonizaron los incidentes partieron del Fonavi de Lamadrid y Gutiérrez que se convirtió en su fortaleza.
Prácticamente todos los barras apresados por los incidentes del lunes coincidieron con el abogado del todavía prófugo Pimpi en que no hubo un ataque de su parte, sino que ellos fueron los agredidos cuando quisieron cumplir el trámite de reempadronamiento en el club. Por ahora, salvo en algún caso puntual, no habría excarcelaciones
La versión de que los incidentes del lunes en Newell´s se produjeron por un enfrentamientos entre dos facciones de la hinchada no es exclusiva de Roberto Pimpi Camino, el jefe barra brava con orden de captura cuyo abogado, Carlos Varela, aseguró que ni él ni sus hermanos estuvieron en el lugar y que es víctima de una “caza de brujas” orquestada por la dirigencia, la policía y el ministro de Seguridad, Daniel Cuenca.
Este jueves ya habían terminado de declarar en Tribunales los 17 detenidos en la causa y, según trascendió, prácticamente todos repitieron un relato similar: que llegaron para ejercer su derecho a reempadronarse en el club del cual son socios y que se produjo una pelea con otros hinchas, supuestamente liderados por Diego “Panadero” Ochoa.
Algunos de los abogados se apuraron incluso a pedir la excarcelación de sus defendidos, algo que parece difícil que se produzca en el corto plazo con la tipificación de “intimidación pública doblemente agravda” con la que la jueza Alejandra Rodenas caratuló el caso.
Justamente a cambiar la carátula del expediente parecieron apuntar los dichos del abogado Varela, quien además insiste en que Pimpi y sus hermanos no estuvieron en el lugar de los hechos como sostienen testimonios, entre ellos el de una mujer policía que estaba de custodia en la entrada a la administración del club, que llevaron a la magistrada a dictar la orden de captura de los Camino –que aún continuaban prófugos– bajo la sospecha de que fueron los organizadores de la violenta incursión de la barra brava.
Más allá de la versión coincidente de los detenidos y de los Camino, esto no parece ser suficiente para que se cambie la carátula por una tipificación menos grave, que facilite las excarcelaciones. En todo caso, si algo puede cambiar la situación de los barras apresados en el corto o mediano plazo es que Pimpi sea detenido o se entregue, cosa que su abogado dijo que se producirá en las próximas horas.
Más díficil aún parece ser que el líder barra brava que durante la presidencia de Eduardo López manejó importantes espacios de poder en el club consiga despegarse de los hechos: para los investigadores es un hecho que los colectivos con los hinchas que protagonizaron los incidentes partieron del Fonavi de Lamadrid y Gutiérrez que se convirtió en su fortaleza.
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