¿Se acabará el mundo el miércoles?
Esta semana se pone en marcha un acelerador de partículas en Suiza y algunos creen que causará el fin del mundo.
Un gigantesco acelerador de partículas está a punto de ponerse en
marcha en Suiza y un pequeño grupo de personas cree que eso podría
suponer el fin del mundo. ¿Por qué estamos tan obsesionados con la
posibilidad de un Apocalipsis?
El fin del mundo llegará algún día, eso es una certeza. Pero no
ocurrirá pronto y es muy probable que no sea con un repentino y
estrepitoso cataclismo este miércoles.
La mayoría de físicos considera que el proyecto es totalmente inofensivo.
Pero cuando uno ve un titular en el periódico que dice "¿Vamos a morir
el próximo miércoles?", no puede dejar de preguntarse sobre esa
fascinación con la idea del fin del mundo.
Se trata de uno de los conceptos más poderosos y antiguos de la
humanidad, llámese escatología (teoría religiosa del fin del mundo),
milenarismo, el fin de los días, el Apocalipsis o el desastre final.
"Es un patrón muy antiguo del pensamiento humano, incluso anterior a la
Biblia y presente en la mitología de Oriente Medio, el caos final, la
última batalla entre las fuerzas del orden y el caos", explica el
historiador cultural Paul S. Boyer, autor de "Cuando el tiempo ya no
exista: Creencias proféticas en la cultura moderna americana".
"Es un concepto profundamente arraigado desde el punto de vista
psicológico ya que la idea de una existencia sin sentido es muy
amenazadora", dice.
"Las sociedades humanas siempre han tratado de crear una especie de
marco conceptual para dar significado a la historia y a nuestras
propias vidas personales", añade.
Aunque la idea del fin del mundo figura en muchas religiones, las occidentales están más ligadas a la escatología cristiana.
En los primeros días de la Iglesia se daba por sentado que el Segundo Avenimiento y el fin del mundo eran inminentes.
La corriente principal del cristianismo se alejó de este tipo de ideas,
pero grandes grupos de creyentes las adoptaron nuevamente en varias
ocasiones.
"No es sólo un grupo marginal de lunáticos, es una parte integrante de
toda la cristiandad. Pero en la rama más general de la cristiandad esto
se pone en perspectiva como algo que podría ocurrir algún día", dice
Stephen J. Hunt, sociólogo religioso y autor de "El Milenarismo cristia Desde la iglesia temprana hasta Waco".
"Pero ciertos grupos y movimientos creen que esto le pasará a su generación", agrega.
Cataclismos
Muchos grupos que habían predicho la fecha exacta del fin del mundo, la
Gran Tribulación o la teoría del Arrebatamiento de la Iglesia, lo
reconsideraron cuando llegó el momento y no pasó nada. Luego vinieron
nuevas teorías.
Los Testigos de Jehová han hecho interminables predicciones sobre
posibles cataclismos que nunca sucedieron, y tan sólo en los últimos
años han decidido abandonar tales profecías. Sin embargo, estos
augurios fallidos no han desanimado a los más creyentes.
No pasó lo mismo con los seguidores del Movimiento Millerista, liderado
por William Miller, quién no sólo predijo el fin del mundo sino que
dijo que ocurriría el 22 de octubre de 1844.
La fama de la secta aumentó a medida que se acercaba la fecha, se
vendieron miles de periódicos y sólo una cosa pudo dar al traste con su
popularidad, la llegada del 23 de octubre de 1844.
Este fallo fue conocido como la "gran contradicción" y los seguidores se fueron a raudales.
"Las actuales profecías son mucho más astutas", dice el profesor Boyer.
"Dicen que ningún hombre sabrá el día o la hora, pero que ocurrirá pronto", explica.
Carlos Roa está convencido de que sabe la hora. El guardameta
argentino, mejor conocido por sus heroicos penaltis contra Inglaterra
en el Mundial de 1998, rechazó renovar su contrato con el Real Mallorca
a medida que el 2000 se aproximaba, ya que creía que el mundo se
terminaba y tenía que prepararse. Cuando esto no pasó, no dudó en
regresar al Mallorca.
"Un tema de poder"
Para muchos es fácil burlarse de los que creyeron y erraron, pensando
sobre el modo o el momento en que el mundo se acabará, quizás
respondiendo a una mera necesidad humana.
"Tiene que ver con un tema de poder", dice Michael Molcher, editor de la revista The End is Nigh ("El fin está cerca").
"En tiempos marcados por guerras o hambrunas, en tiempos generalmente malos, florecen las prédicas e ideas apocalípticas".
"Es la forma en que la gente controla el modo en que el mundo funciona.
Lo único que no podemos predecir es el momento y modo en el que
moriremos", señala.
Los grandes periodos de este tipo de ideas -Europa en torno al año
1.000, la Guerra Civil Inglesa, la Revolución Industrial en ambos lados
del Atlántico, y el siglo XX- han sido momentos de grandes e intensas
turbulencias.
"Un gran número de fundamentalistas están 'buscando señales'. Si hay
otro tornado en Florida, son los que dicen que debe ser un castigo",
dice Hunt.
Un tema común en algunos reductos cristianos milenaristas es el
renacimiento de un Imperio Romano liderado por el Anticristo y
conformado por diez naciones europeas.
El tema procede de la descripción de la bestia con diez cuernos del Libro de las Revelaciones.
Hasta hace relativamente poco esto se relacionaba con la Unión Europea,
pero ahora que tiene 27 miembros, la idea se ha enfocado más en sus
diez integrantes de la parte occidental del continente.
Cultura popular
La idea del fin de los días parece tener cabida en la cultura popular.
De la serie de novelas The Left Behind ("Los dejados atrás") se han
vendido millones de ejemplares y gente de todo el mundo acudió en
tropel a las salas de cine para ver las tres secuelas de "Profecía".
Pero sería erróneo decir tan sólo la gente religiosa cree en el fin del mundo.
En tiempos de la Guerra Fría el fin del mundo cobró la forma de armas
nucleares, y hoy en día se habla de una catástrofe climática que daría
paso a un mundo intacto pero sin seres humanos.
La predicción favorita de Molcher es la de una mujer convencida de que
los planes chinos de construir una base en la luna alterarán su órbita
y la enviarán peligrosamente hacia la Tierra.
Religiosos o no, los creyentes de estas teorías tienen en común que el
mundo terminará algún día y aún hay muchos que quieren determinar la
fecha.
Un predicador estadounidense, Ronald Weinland, predijo en su libro
God's Final Witness ("El último testigo de Dios"), que Estados Unidos
será destruido en los próximos dos años.
Lamentablemente, cuando uno trata de averiguar más y le envía un email,
recibe una respuesta automática. Será que está demasiado ocupado
preparando el final de los días.
ll ora:
fuente:BBC Mundo.com
Última edición por saeta4 el Jue Sep 11, 2008 5:16 pm, editado 1 vez