"Los hombres de negro", del libro "Mensajeros
de la luz" ,
David Tansley, 1977. Estudio sobre el fenómeno
paranormal
. Neville Spearman,
Gran Bretaña.
Por Henzo Lafuente black men
Desde los años cincuenta la gente que ha investigado seriamente sobre
ovnis han sido repetidamente
molestada con misteriosas llamadas telefónicas y entrevistas directas,
acompañadas por feroces amenazas. Han ocurrido accidentes extraños,
ha muerto gente en circunstancias misteriosas y, en general, se ha hecho quedar
bien claro que investigar demasiado a fondo en la naturaleza de los ovnis era
meterse en problemas. Estos suelen adoptar meen in black la forma de los "hombres de negro".
Donde aparecen, lo hacen normalmente en grupos de tres, vestidos con trajes negros
y calzados con zapatos de gruesas suelas de crèpe. Unas veces van
a la moda y otras con m3n in black varias décadas de retraso. Las ropas son nuevas,
y todos los objetos que llevan parecen salidos de fábrica. Suelen llegar
en un Cadillac tipo limousine o, en una ocasión concreta, en un Buick negro
de un modelo anticuado pero que olía por dentro como coche nuevo.
Todo el mundo se deshace en conjeturas sobre la identidad de estos hombres
de negro. En un principio, los investigadores pensaron si serían agentes
del gobierno, porque muchas veces decían ser de la C.I.A. o de las altas
jerarquías de las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos, mmen in black exhibiendo
las correspondientes tarjetas de identificación. Luego, los informes sobre
sus visitas se hicieron tan frecuentes que los organismos gubernamentales se
empezaron a preocupar y a desmentir los rumores que los asociaban con los hombres
de negro.
Aparentemente, el asunto parecía preocuparles tanto como a los demás.
En
septiembre de 1953, estos men in lack individuos visitaron al experto en ovnis Albert K.
Bender, organizador de la oficina internacional de platillos volantes que
había emprendido men i black en serio la tarea de aclarar los misterios en torno a
los ovnis. Bender pensaba que había dado con la solución, y poniendo
sus opiniones por escrito, las envió por correo a un amigo. Cuando estos
individuos llegaron, tenían en su poder el material, que nunca llegó
a su destino. Le dijeron que había sido el único entre todos los
investigadores en dar con la respuesta. Para su edificación, le añadieron
unos cuantos detalles más que no conocía, asustándole de
tal forma que se puso enfermo y no probó bocado en varios días.
A partir de entonces Bender fue un hombre cambiado, que no quiso volver a hablar
de ovnis con nadie. Terminó escribiendo un libro titulado Flying
Saucers and the Three Men (Los platillos volantes y los tres hombres),
en el que dijo que contaría todo lo que le había sucedido. En realidad
lo único que hizo fue complicar más las cosas cuando mencionó
su proyección astral a una base de platillos volantes situada en el Antártico.
El libro parecía ser sólo una tapadera de lo que había ocurrido
en realidad.
Bruce Cathie, estando en Nueva Zelanda, fue abordado en un hotel,
durante uno de sus vuelos. Había dado a conocer que llevaba consigo
fotografías de las misteriosas antenas que se estaban multiplicando en
la zona donde vivía. Tres individuos se hallaban sentados en una mesa
cercana, y uno de ellos se le acercó y trató de darle conversación,
mientras el sobre estaba sobre la mesa, a su vista. El hombre trató de
que Cathie le pusiera en él un nombre y una dirección donde se le
pudiera localizar. Cathie estaba preparado para esto y no accedió.
Finalmente, se disculpó y subió a su habitación, volviendo a bajar para
poner sus fotos en la caja fuerte del hotel. Los hombres ya no estaban
allí, y al preguntarle a la chica de recepción cuándo habían pasado por
allí, ella le dijo que nadie se había marchado. Parece que estos seres
tienen la desconcertante costumbre de desvanecerse literalmente en el
aire.
Otro
investigador tuvo una importante demostración aún más espectacular
de esta capacidad cuando los tres hombres le visitaron en su trabajo, a primera
hora de la mañana, ordenándole que abandonase ciertas líneas
de investigación que estaba siguiendo. El les aseguró que ya había
pensado hacerlo, y se marcharon por una puerta cercana. mn in black El les siguió inmediatamente,
abriendo la puerta sobre un pasillo vacío impregnado de un olor como el
que hubiera dejado una fuerte descarga eléctrica. En un instante, los hombres
se habían esfumado. en in black
En
su libro The
Mothman Prophecies (Las
profecías del Hombre Polilla), John
Keel tiene constantes tropiezos con los Hombres
de Negro.
Estos intervienen sus llamadas telefónicas, tratan de secuestrar a los
que han tenido contacto con los ovnis, amenazan a todo el mundo, y hacen la vida
imposible dondequiera que vayan. A veces se expresan con bastante claridad; otras
parecen tener problemas para transmitir unas ideas que tengan sentido.
Uno de los más interesantes contactos con los hombres de negro tuvo
lugar el 9 de enero de 1967 en casa de Edward Christiansen, en Wildwood, New Jersey.
A las cinco y media de la tarde, un hombre de extraño aspecto llamó
a la puerta. Cuando le abrieron, dijo que pertenecía a la Oficina de Localización
de Herederos, y que era posible que el señor Christiansen hubiera heredado
mucho dinero. Se hizo pasar al forastero, y se vio que era un tipo poco corriente,
con una estatura por lo menos de dos metros, hombros muy anchos, y que debía
pesar alrededor de los ciento cincuenta kilos. Llevaba un largo abrigo negro de
tela muy fina, y un gorro de estilo ruso. Al quitárselo, descubrió
una gran cabeza con el pelo cortado al rape y una zona perfectamente redonda que
parecía afeitada. Tenía los ojos saltones como si padeciese de tiroides,
y uno de ellos era vidrioso y mal sincronizado con el otro. Gigi, el perro de
los Christiansen, le cogió una aversión inmediata, que hizo patente
con sus gruñidos y ladridos.
El hombre empezó a hacer una serie de preguntas sobre los datos
personales de Edward Christiansen, dando la explicación de que era para
averiguar si se trataba del hombre que mencionaba el legado. Tenía una
voz curiosamente metálica, que parecía emitida por el altavoz de un
computador, monótona y fría. Cuando se sentó, sus pantalones, ya
bastante cortos, se levantaron, y Mrs. Christiansen y su hija Connie
observaron fascinadas un cable verde que le salía del calcetín y subía
por su pierna, pareciendo entrar en ella por una muesca antes de
perderse en sus pantalones. Con esto y con su singular aspecto pálido y
enfermizo, aquel forastero tenía una apariencia singular. Cuando se le
ofreció tomar algo rehusó, y dijo que dentro de diez minutos
necesitaría un vaso de agua. Durante la entrevista, la familia observó
que su rostro se iba poniendo cada vez más rojo, hasta que terminó
pidiendo el vaso de agua, que se bebió de un trago con una gran píldora
amarilla. Esto pareció devolverle a sus estado normal.
Al terminar la visita. Mrs.Christiansen decidió observar la marcha del
hombretón. Desde la oscuridad de la puerta de su cocina, le vio hacer una
llamada con la mano, y un Cadillac negro del año 1963 surgió de
las sombras con las luces apagadas. El desconocido entró en él y
se fue.
Al día siguiente, el señor Christiansen recibió una llamada
telefónica con una voz femenina que le explicó que el Edward Christiansen
que buscaba la oficina de Herederos había sido localizado en California.
El le dió las gracias y colgó. El anterior mes de noviembre, la
familia Christiansen había visto un ovni; parece ser que esto fue lo que
provocó la visita de los hombres de negro, aunque no se mencionó
para nada la visita ni se le hizo amenaza alguna.
La saga de los Hombres
de Negro está tan llena de incongruencias como todos los demás
aspectos de las experiencias con ovnis. Pero lo que realmente me interesa es que
se ajustan como un guante a la teoría de los aliados que adoptan la forma
que el espectador espera. ¿Qué epopeya cósmica no estaría
completa si su trinidad de individuos que representan a las fuerzas del mal, que
hacen retroceder a los valientes investigadores en un espléndido combate
de gladiadores, las fuerzas de la luz contra el poder de las tinieblas? men in black mp3 Llegan,
con un perfecto estilo gángster, en limousines negras, y vestidos con trajes
negros a la moda de los años veinte. Todo lo suyo es raro: sus ropas, su
manera de hablar; sus carteras, peines y efectos personales son siempre nuevos;
sus coches, aunque sean modelos antiguos, tienen el aspecto y el olor de salir
de fábrica. El "metálico" visitante de los Christiansen
parecía casi una réplica del monstruo de Frankenstein, con voz de
computador, cable subiéndole por la pierna y todo el equipo. También
es interesante el detalle del vaso de agua, porque todo gasto considerable de
energía psíquica parece quemar la humedad del cuerpo. El individuo
concretó mucho la duración de la visita: sólo cuarenta minutos...
¿Es ése el tiempo durante el cual un aliado o compositum puede
sostener la apariencia de un cuerpo físico?the black men calendars
Se han presentado muchas teorías sobre la identidad de estos "hombres".
Unos dicen que son agentes black men in calendars del gobierno americano; otros que son miembros de
una antigua raza terrestre que vive en remotas regiones de la tierra, desconocida
de los hombres. Existe men in black - will smith también la teoría de que son los "malos"
entre nuestros hermanos del espacio, sean quienes fueren. A mí, desde luego,
no me sorprende que tengan que ver con los ovnis, ya que añaden the
men in black una nueva
y amenazadora dimensión al drama, y acrecentan el misterio de una cuestión
que ya está saturada de elementos alucinantes. No hay duda de que son
peligrosos, pero se trata de unas fuerzas inexplicables que vincent
d onofriohan estado siempre con nosotros
y que, mientras no hayamos aprendido los misterios de estas vidas elementales
que pululan por el mundo, seguiremos en contacto con ellos por una u otra razón.
fuente:http://www.apocatastasis.com
de la luz" ,
David Tansley, 1977. Estudio sobre el fenómeno
paranormal
. Neville Spearman,
Gran Bretaña.
Por Henzo Lafuente black men
Desde los años cincuenta la gente que ha investigado seriamente sobre
ovnis han sido repetidamente
molestada con misteriosas llamadas telefónicas y entrevistas directas,
acompañadas por feroces amenazas. Han ocurrido accidentes extraños,
ha muerto gente en circunstancias misteriosas y, en general, se ha hecho quedar
bien claro que investigar demasiado a fondo en la naturaleza de los ovnis era
meterse en problemas. Estos suelen adoptar meen in black la forma de los "hombres de negro".
Donde aparecen, lo hacen normalmente en grupos de tres, vestidos con trajes negros
y calzados con zapatos de gruesas suelas de crèpe. Unas veces van
a la moda y otras con m3n in black varias décadas de retraso. Las ropas son nuevas,
y todos los objetos que llevan parecen salidos de fábrica. Suelen llegar
en un Cadillac tipo limousine o, en una ocasión concreta, en un Buick negro
de un modelo anticuado pero que olía por dentro como coche nuevo.
Todo el mundo se deshace en conjeturas sobre la identidad de estos hombres
de negro. En un principio, los investigadores pensaron si serían agentes
del gobierno, porque muchas veces decían ser de la C.I.A. o de las altas
jerarquías de las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos, mmen in black exhibiendo
las correspondientes tarjetas de identificación. Luego, los informes sobre
sus visitas se hicieron tan frecuentes que los organismos gubernamentales se
empezaron a preocupar y a desmentir los rumores que los asociaban con los hombres
de negro.
Aparentemente, el asunto parecía preocuparles tanto como a los demás.
En
septiembre de 1953, estos men in lack individuos visitaron al experto en ovnis Albert K.
Bender, organizador de la oficina internacional de platillos volantes que
había emprendido men i black en serio la tarea de aclarar los misterios en torno a
los ovnis. Bender pensaba que había dado con la solución, y poniendo
sus opiniones por escrito, las envió por correo a un amigo. Cuando estos
individuos llegaron, tenían en su poder el material, que nunca llegó
a su destino. Le dijeron que había sido el único entre todos los
investigadores en dar con la respuesta. Para su edificación, le añadieron
unos cuantos detalles más que no conocía, asustándole de
tal forma que se puso enfermo y no probó bocado en varios días.
A partir de entonces Bender fue un hombre cambiado, que no quiso volver a hablar
de ovnis con nadie. Terminó escribiendo un libro titulado Flying
Saucers and the Three Men (Los platillos volantes y los tres hombres),
en el que dijo que contaría todo lo que le había sucedido. En realidad
lo único que hizo fue complicar más las cosas cuando mencionó
su proyección astral a una base de platillos volantes situada en el Antártico.
El libro parecía ser sólo una tapadera de lo que había ocurrido
en realidad.
Bruce Cathie, estando en Nueva Zelanda, fue abordado en un hotel,
durante uno de sus vuelos. Había dado a conocer que llevaba consigo
fotografías de las misteriosas antenas que se estaban multiplicando en
la zona donde vivía. Tres individuos se hallaban sentados en una mesa
cercana, y uno de ellos se le acercó y trató de darle conversación,
mientras el sobre estaba sobre la mesa, a su vista. El hombre trató de
que Cathie le pusiera en él un nombre y una dirección donde se le
pudiera localizar. Cathie estaba preparado para esto y no accedió.
Finalmente, se disculpó y subió a su habitación, volviendo a bajar para
poner sus fotos en la caja fuerte del hotel. Los hombres ya no estaban
allí, y al preguntarle a la chica de recepción cuándo habían pasado por
allí, ella le dijo que nadie se había marchado. Parece que estos seres
tienen la desconcertante costumbre de desvanecerse literalmente en el
aire.
Otro
investigador tuvo una importante demostración aún más espectacular
de esta capacidad cuando los tres hombres le visitaron en su trabajo, a primera
hora de la mañana, ordenándole que abandonase ciertas líneas
de investigación que estaba siguiendo. El les aseguró que ya había
pensado hacerlo, y se marcharon por una puerta cercana. mn in black El les siguió inmediatamente,
abriendo la puerta sobre un pasillo vacío impregnado de un olor como el
que hubiera dejado una fuerte descarga eléctrica. En un instante, los hombres
se habían esfumado. en in black
En
su libro The
Mothman Prophecies (Las
profecías del Hombre Polilla), John
Keel tiene constantes tropiezos con los Hombres
de Negro.
Estos intervienen sus llamadas telefónicas, tratan de secuestrar a los
que han tenido contacto con los ovnis, amenazan a todo el mundo, y hacen la vida
imposible dondequiera que vayan. A veces se expresan con bastante claridad; otras
parecen tener problemas para transmitir unas ideas que tengan sentido.
Uno de los más interesantes contactos con los hombres de negro tuvo
lugar el 9 de enero de 1967 en casa de Edward Christiansen, en Wildwood, New Jersey.
A las cinco y media de la tarde, un hombre de extraño aspecto llamó
a la puerta. Cuando le abrieron, dijo que pertenecía a la Oficina de Localización
de Herederos, y que era posible que el señor Christiansen hubiera heredado
mucho dinero. Se hizo pasar al forastero, y se vio que era un tipo poco corriente,
con una estatura por lo menos de dos metros, hombros muy anchos, y que debía
pesar alrededor de los ciento cincuenta kilos. Llevaba un largo abrigo negro de
tela muy fina, y un gorro de estilo ruso. Al quitárselo, descubrió
una gran cabeza con el pelo cortado al rape y una zona perfectamente redonda que
parecía afeitada. Tenía los ojos saltones como si padeciese de tiroides,
y uno de ellos era vidrioso y mal sincronizado con el otro. Gigi, el perro de
los Christiansen, le cogió una aversión inmediata, que hizo patente
con sus gruñidos y ladridos.
El hombre empezó a hacer una serie de preguntas sobre los datos
personales de Edward Christiansen, dando la explicación de que era para
averiguar si se trataba del hombre que mencionaba el legado. Tenía una
voz curiosamente metálica, que parecía emitida por el altavoz de un
computador, monótona y fría. Cuando se sentó, sus pantalones, ya
bastante cortos, se levantaron, y Mrs. Christiansen y su hija Connie
observaron fascinadas un cable verde que le salía del calcetín y subía
por su pierna, pareciendo entrar en ella por una muesca antes de
perderse en sus pantalones. Con esto y con su singular aspecto pálido y
enfermizo, aquel forastero tenía una apariencia singular. Cuando se le
ofreció tomar algo rehusó, y dijo que dentro de diez minutos
necesitaría un vaso de agua. Durante la entrevista, la familia observó
que su rostro se iba poniendo cada vez más rojo, hasta que terminó
pidiendo el vaso de agua, que se bebió de un trago con una gran píldora
amarilla. Esto pareció devolverle a sus estado normal.
Al terminar la visita. Mrs.Christiansen decidió observar la marcha del
hombretón. Desde la oscuridad de la puerta de su cocina, le vio hacer una
llamada con la mano, y un Cadillac negro del año 1963 surgió de
las sombras con las luces apagadas. El desconocido entró en él y
se fue.
Al día siguiente, el señor Christiansen recibió una llamada
telefónica con una voz femenina que le explicó que el Edward Christiansen
que buscaba la oficina de Herederos había sido localizado en California.
El le dió las gracias y colgó. El anterior mes de noviembre, la
familia Christiansen había visto un ovni; parece ser que esto fue lo que
provocó la visita de los hombres de negro, aunque no se mencionó
para nada la visita ni se le hizo amenaza alguna.
La saga de los Hombres
de Negro está tan llena de incongruencias como todos los demás
aspectos de las experiencias con ovnis. Pero lo que realmente me interesa es que
se ajustan como un guante a la teoría de los aliados que adoptan la forma
que el espectador espera. ¿Qué epopeya cósmica no estaría
completa si su trinidad de individuos que representan a las fuerzas del mal, que
hacen retroceder a los valientes investigadores en un espléndido combate
de gladiadores, las fuerzas de la luz contra el poder de las tinieblas? men in black mp3 Llegan,
con un perfecto estilo gángster, en limousines negras, y vestidos con trajes
negros a la moda de los años veinte. Todo lo suyo es raro: sus ropas, su
manera de hablar; sus carteras, peines y efectos personales son siempre nuevos;
sus coches, aunque sean modelos antiguos, tienen el aspecto y el olor de salir
de fábrica. El "metálico" visitante de los Christiansen
parecía casi una réplica del monstruo de Frankenstein, con voz de
computador, cable subiéndole por la pierna y todo el equipo. También
es interesante el detalle del vaso de agua, porque todo gasto considerable de
energía psíquica parece quemar la humedad del cuerpo. El individuo
concretó mucho la duración de la visita: sólo cuarenta minutos...
¿Es ése el tiempo durante el cual un aliado o compositum puede
sostener la apariencia de un cuerpo físico?the black men calendars
Se han presentado muchas teorías sobre la identidad de estos "hombres".
Unos dicen que son agentes black men in calendars del gobierno americano; otros que son miembros de
una antigua raza terrestre que vive en remotas regiones de la tierra, desconocida
de los hombres. Existe men in black - will smith también la teoría de que son los "malos"
entre nuestros hermanos del espacio, sean quienes fueren. A mí, desde luego,
no me sorprende que tengan que ver con los ovnis, ya que añaden the
men in black una nueva
y amenazadora dimensión al drama, y acrecentan el misterio de una cuestión
que ya está saturada de elementos alucinantes. No hay duda de que son
peligrosos, pero se trata de unas fuerzas inexplicables que vincent
d onofriohan estado siempre con nosotros
y que, mientras no hayamos aprendido los misterios de estas vidas elementales
que pululan por el mundo, seguiremos en contacto con ellos por una u otra razón.
fuente:http://www.apocatastasis.com