Como todos sabemos, el gato es un animal limpio
por naturaleza, y por ello se asea lamiéndose el cuerpo varias veces al
día. Se limpia el sólo varias veces al día. Ya te habrás dado cuenta
que es uno de sus mayores entretenimientos diarios y al que dedica
mucho tiempo.
Pues bien, este hábito tan
favorable para su higiene, a veces puede jugarles una mala pasada. La
lengua áspera, debido a la rugosidad de sus papilas gustativas, se
convierte en un cepillo que arrastra los pelos muertos. La lengua del
gato trabaja como un verdadero cepillo y al pasar por su cuerpo, suelta
el pelo muerto. La mayor parte de éste acaba siendo tragado y puede
llegar a formar bolas de pelo en el estómago. El gato ingiere grandes
cantidades de pelo que, sometido a los distintos procesos de la
digestión, forma bolas más o menos grandes.
por naturaleza, y por ello se asea lamiéndose el cuerpo varias veces al
día. Se limpia el sólo varias veces al día. Ya te habrás dado cuenta
que es uno de sus mayores entretenimientos diarios y al que dedica
mucho tiempo.
Pues bien, este hábito tan
favorable para su higiene, a veces puede jugarles una mala pasada. La
lengua áspera, debido a la rugosidad de sus papilas gustativas, se
convierte en un cepillo que arrastra los pelos muertos. La lengua del
gato trabaja como un verdadero cepillo y al pasar por su cuerpo, suelta
el pelo muerto. La mayor parte de éste acaba siendo tragado y puede
llegar a formar bolas de pelo en el estómago. El gato ingiere grandes
cantidades de pelo que, sometido a los distintos procesos de la
digestión, forma bolas más o menos grandes.
Al
ser ingeridos pueden ocurrir varias cosas: Estos ovillos pueden
transitar por el intestino sin causar daños en el felino, en cuyo caso
los encontraremos en las heces. Hay ocasiones en los que sí provocan un
malestar importante en el gato. Aunque si son pequeñas, por lo general,
terminan siendo expulsadas con uno o varios vómitos.
La situación
se complica, cuando las bolas atraviesan el píloro y se dirigen al
intestino delgado. Ya aquí, pueden seguir causando vómitos, pero no son
expulsadas. Si no son demasiado grandes, pueden continuar su camino por
el intestino, y luego ser eliminadas con las heces como hemos comentado
anteriormente. La situación es realmente grave, cuando estas bolas son
demasiado grandes y quedan retenidas en el intestino.
Cuando esto ocurre se produce un estado de malestar general en el
animal, que puede culminar en una pérdida total del apetito y de las
funciones intestinales, ocurriendo una oclusión intestinal. En estos
casos debemos recurrir al veterinario. En los casos graves el
veterinario hará progresar la bola de pelo a través de todo el
intestino hasta llegar al ano. En los casos muy graves, sin embargo, el
veterinario se ve obligado a cortar la pared intestinal para extraer el
cuerpo extraño: se trata, sin embargo, de una intervención bastante
rara.
Esta situación debe resolverse quirúrgicamente, para liberar el paso,
porque sino el resultado en el felino será la muerte.
fuente:
- Código:
http://www.mundogatos.com