El peor estudiante del mundo
Shiv Charan prometió en 1969 a su novia que se casarían tan pronto como él consiguiese el graduado en la escuela para adultos a la que asistía. 41 años después, "Pappu", como le apodan sus compañeros -adolescentes-, continúa examinándose en busca del ansiado título, convertido ya en una celebridad en India, donde se sigue con inusitada expectación cada una de las convocatorias anuales a las que se presenta.
Calificado por sus compañeros como «el peor alumno del mundo», Pappu no ceja en su empeño, sabe que sólo la perseverancia le llevará al triunfo: "Mientras viva seguiré haciendo los exámenes para ser una persona formada y poder casarme. Soy un hombre de palabra y voy a estudiar hasta conseguirlo", afirmó recientemente al «Daily Telegraph». Sus notas, en cambio, no dan cuenta de este tesón, siendo 3,4 su máxima calificación en los últimos exámenes.
No acertaríamos a adivinar si es mayor la paciencia del estudiante o la de su novia, que año tras año ve cómo el casamiento se posterga. Los vecinos de Pappu lo tienen tan claro como nosotros: "Queremos que apruebe el examen. Dios ha de aprobarlo, se lo merece y ahora la suerte estará con él". Una semblanza curiosa que descubrimos en el siempre interesante blog "Historias de nuestra Historia"
Shiv Charan prometió en 1969 a su novia que se casarían tan pronto como él consiguiese el graduado en la escuela para adultos a la que asistía. 41 años después, "Pappu", como le apodan sus compañeros -adolescentes-, continúa examinándose en busca del ansiado título, convertido ya en una celebridad en India, donde se sigue con inusitada expectación cada una de las convocatorias anuales a las que se presenta.
Calificado por sus compañeros como «el peor alumno del mundo», Pappu no ceja en su empeño, sabe que sólo la perseverancia le llevará al triunfo: "Mientras viva seguiré haciendo los exámenes para ser una persona formada y poder casarme. Soy un hombre de palabra y voy a estudiar hasta conseguirlo", afirmó recientemente al «Daily Telegraph». Sus notas, en cambio, no dan cuenta de este tesón, siendo 3,4 su máxima calificación en los últimos exámenes.
No acertaríamos a adivinar si es mayor la paciencia del estudiante o la de su novia, que año tras año ve cómo el casamiento se posterga. Los vecinos de Pappu lo tienen tan claro como nosotros: "Queremos que apruebe el examen. Dios ha de aprobarlo, se lo merece y ahora la suerte estará con él". Una semblanza curiosa que descubrimos en el siempre interesante blog "Historias de nuestra Historia"