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    Laika-en el espacio

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    Mensaje por MISSARG Dom Ago 24, 2008 2:29 am

    Laika-en el espacio Laika10

    Laika estaba abandonada en las calles de Moscu cuando fue recogida para
    convertirse en el primer ser vivo que viajaba al espacio. Fue en la
    nave Sputnik 2 el 3 de noviembre de 1957. Nunca regreso a la tierra.



    En su 50º
    aniversario, miembros del equipo que adiestró en la década de los años
    50 del siglo pasado a los "perros astronautas" erigieron este sábado a
    la salida de la estación de metro Dinamo de Moscú una estatua en
    memoria de la perra callejera, Laika, el primer ser vivo en llegar al
    espacio.

    Laika pasó a la historia cuando fue enviada al espacio
    a bordo del Sputnik-2 el 3 de noviembre de 1957, un mes después del
    lanzamiento de la primera nave espacial (Sputnik).

    El primer
    cosmonauta de la historia, Yuri Gagarin, tuvo que esperar tres años y
    medio para ver cumplido el sueño del ser humano de surcar las estrellas
    (12 de abril de 1961).

    Un mes después del lanzamiento de la
    primera nave espacial, el máximo dirigente soviético, Nikita Jruschev,
    expresó su deseo de conmemorar el 40 aniversario de la Revolución de
    Octubre con la puesta en órbita del primer cohete tripulado.

    Ahí
    aparece Laika, una pequeña perra reclutada en las calles de Moscú y que
    había sido entrenada durante varios años para viajar a lo desconocido.

    Laika
    había sido seleccionada entre centenares de otros canes porque cumplía
    con los requisitos físicos -menos de 6 kilos y 35 centímetros de
    altura-, pero también por su resistencia.

    Los científicos rusos
    pensaban que un perro de la calle acostumbrado a luchar diariamente por
    la supervivencia soportaría mejor los entrenamientos que un perro de
    raza.

    El animal superó con nota los mismos exámenes y pruebas que luego se aplicarían a los humanos.

    Para
    satisfacer el capricho de Jruschev, el padre de la cosmonáutica
    soviética, Serguéi Koroliov, tuvo que improvisar sobre la marcha una
    cápsula espacial sin módulo de retorno.

    La suerte de Laika
    estaba echada, la perra nunca regresaría a la Tierra y sacrificaría su
    vida para demostrar la resistencia de los seres vivos a los condiciones
    de ingravidez.

    Laika viajó en el interior de una cabina provista
    de un arnés especial para combatir los efectos de la ingravidez, bebió
    agua a través de unos dispensadores e ingirió alimentos en forma de
    gelatina.

    La perra, cuyos signos vitales fueron relativamente
    normales durante el ascenso y la entrada en órbita, únicamente
    sobrevivió durante 5-7 horas, pero eso no se supo hasta 2002.

    En
    un principio, la agencia de noticias soviética TASS informó que Laika
    regresaría a la Tierra en paracaídas, para después anunciar su muerte
    sin dolor tras una semana de órbita terrestre.

    El científico del
    Instituto de Problemas Biológicos de Moscú, Dmitri Maláshenko, desveló
    el misterio en 2002 durante un congreso espacial en Houston: Laika
    había muerto debido al calor y al pánico.

    En realidad, fue
    víctima de la carrera espacial y de la guerra propagandística que
    enfrentó durante varias décadas a la Unión Soviética y Estados Unidos,
    y que finalmente se decantó en favor de la potencia occidental.

    Laika sería el último perro en ser enviado al espacio en una nave sin sistema de retorno.

    En
    total, la URSS realizó 29 vuelos espaciales con perros entre julio de
    1951 y septiembre de 1962, de los que ocho acabaron en tragedia,
    mientras el resto de canes regresaron en paracaídas y ataviados con
    máscaras de respiración y trajes espaciales.Fuente: EFE
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    Mensaje por MISSARG Dom Ago 24, 2008 3:27 am

    Tras el éxito del Sputnik 1, el líder soviético Nikita Jrushchov solicitó que se lanzara un segundo satélite artificial al espacio para el día del cuadragésimo aniversario de la revolución bolchevique, el 7 de noviembre
    de 1957. Cuando se recibió esta solicitud, ya se estaba construyendo un
    satélite más sofisticado, pero que no estaría listo sino hasta un mes
    después de la fecha requerida, por lo que fue descartado. El satélite
    descartado, a la postre sería el Sputnik 3.[1]
    Fue necesario entonces construir otro satélite menos complicado,
    para poder cumplir con la fecha límite de noviembre. La decisión de
    lanzar el satélite fue tomada el 10 o 12 de octubre, lo cual dejaba al
    equipo de construcción con escasas cuatro semanas para construir el
    nuevo artefacto.[2]
    La apresurada construcción del Sputnik 2 se vio complicada por el hecho
    de que esta vez se pretendía llevar a una criatura viva en su interior.[3]
    La nave estaba equipada con instrumentos para medir la radiación solar y los rayos cósmicos, un sistema de generación de oxígeno, acompañado de sistemas para absorber dióxido de carbono, y otro para evitar el envenenamiento por oxígeno, también conocido como el efecto de Paul Bert.
    Se añadió un ventilador que operaba cuando la temperatura de la nave
    superaba los 15 °C, para mantener la temperatura del animal. Además, el
    satélite fue provisto con comida suficiente para un vuelo de siete
    días. La comida estaba en forma de gelatina.
    También se diseñó un "traje espacial" para Laika. El animal fue
    equipado con una bolsa para almacenar sus desechos, y con un arnés que
    limitaba sus movimientos a sentarse, ponerse de pie o acostarse, ya que
    en la cabina no había espacio para dar vueltas. La frecuencia cardíaca de Laika podía ser monitorizada desde la Tierra, y otros instrumentos medían su ritmo respiratorio, presión arterial y sus movimientos básicos.[4] [5
    Entrenamiento [editar]


    Antes del lanzamiento del Sputnik 2, tanto la Unión Soviética como los Estados Unidos, ya habían lanzado animales vivos en vuelos suborbitales.[7]
    Esta misión requería una atención especial al entrenamiento de los
    perros, ya que la duración del vuelo exigía que los animales pudieran
    adaptarse a permanecer en espacios confinados por un período mayor.
    Albina fue lanzada dos veces en un cohete para probar su resistencia
    a las grandes alturas, y Mushka fue utilizada para la prueba de la
    instrumentación y los equipos de soporte vital. Laika fue seleccionada
    para participar en la misión orbital, y Albina como la principal
    sustituta.
    Su entrenamiento estuvo a cargo del científico Oleg Gazenko.[8]
    El entrenamiento requería acostumbrar a los perros al entorno que
    encontrarían en el viaje, como el espacio reducido de la cápsula, los
    ruidos, vibraciones y aceleraciones. Como parte del entrenamiento, la
    aceleración de los despegues era simulada a través de la fuerza centrífuga
    impuesta a la cápsula donde los animales se introducían. Durante estas
    actividades, su pulso se llegaba a duplicar y su presión sanguínea
    aumentaba en 30–65 torr. El mismo proceso general sería utilizado más tarde en el entrenamiento de los cosmonautas soviéticos.
    La adaptación de los animales al confinado espacio del Sputnik 2,
    requirió que permanecieran en compartimientos cada vez menores, por
    espacios de hasta veinte días. El confinamiento forzado provocó
    disturbios en las funciones excretoras de los animales, incrementando
    su agitación y deteriorando su condición física general
    El 31 de octubre de 1957, tres días antes del lanzamiento, Laika fue colocada en el Sputnik 2, en el cosmódromo de Baikonur, en el actual Kazajistán.
    Dado que las temperaturas en el sitio de lanzamiento eran
    extremadamente bajas, la cápsula requirió mantenimiento térmico, a
    través de un calentador externo y una manguera. Dos asistentes estaban
    encargados de vigilar constantemente a Laika antes del comienzo de la
    misión. Justo antes del despegue, el 3 de noviembre de 1957, el pelaje de Laika se limpió con una solución de etanol, y le pintaron con yodo aquellas áreas donde la perra llevaría sensores para vigilar sus funciones corporales.[9]
    El Sputnik 2 fue lanzado el 3 de noviembre de 1957. Los signos vitales de Laika eran seguidos telemétricamente
    por el control en tierra. Al alcanzar la máxima aceleración después del
    despegue, el ritmo respiratorio del animal aumentó de tres a cuatro
    veces lo normal, y su frecuencia cardíaca
    pasó de 103 a 240 latidos por minuto. Al alcanzar la órbita, la punta
    cónica del Sputnik 2 se desprendió exitosamente. La otra sección de la
    nave que debía desprenderse (el "Blok A") no lo hizo, impidiendo que el
    sistema de control térmico funcionara correctamente. Parte del aislamiento térmico se desprendió, permitiendo que la cápsula alcanzara una temperatura interior de 40 °C.[10] Tras tres horas de microgravedad, el pulso de Laika había descendido a 102 latidos por minuto;[11]
    este descenso en la frecuencia cardíaca había tomado tres veces más
    tiempo que lo experimentado durante el entrenamiento, lo cual indicaba
    el estrés bajo el que estaba la perra. Los datos telemétricos iniciales
    mostraban que, aunque Laika estaba agitada, estaba comiendo. La
    recepción de datos vitales paró entre cinco y siete horas después del
    despegue.
    Sin embargo, la información que Moscú dio a conocer, decía que el
    animal se comportaba en calma en su vuelo espacial, y que en pocos días
    Laika descendería a la tierra, primero en su cápsula espacial y luego
    en paracaídas.
    El mundo confiaba en que el animal llevaba alimento suficiente y su
    condición era estable, por lo que muchas personas estuvieron pendientes
    del regreso de Laika. Algunas aprovecharon para gastar bromas: durante
    varias horas, la población de Santiago de Chile
    estuvo convencida de que Laika había caído en la ciudad. Los habitantes
    de la zona suburbana vieron descender a un perro en paracaídas, y la
    gente se convenció al instante de que se trataba de Laika. Cuando el
    animal llegó a la tierra, se comprobó que en realidad se trataba de un
    perro macho, y el montaje no era más que una broma para aprovecharse de
    la psicosis de "perras voladoras".[12]

    La suerte de Laika en el espacio [editar]


    El Sputnik 2 no estaba preparado para regresar a la Tierra de forma segura, por lo que ya se sabía que Laika no sobreviviría al viaje. Los científicos soviéticos planearon darle eutanasia
    con comida envenenada, que Laika consumiría después de diez días. Sin
    embargo, la suerte del animal no fue la que se le había planeado.
    Durante años, la Unión Soviética dio explicaciones contradictorias sobre la muerte de Laika, diciendo a veces que la perra había muerto por asfixia
    cuando las baterías fallaron, o que había recibido eutanasia conforme a
    los planes originales. En 1999, fuentes rusas aseguraron que Laika
    sobrevivió por lo menos cuatro días, y después pereció por el
    sobrecalentamiento de la nave. En octubre de 2002, el científico
    Dimitri Malashenkov, quien participó en el lanzamiento del Sputnik 2,
    reveló que Laika había muerto entre cinco y siete horas después del
    despegue, debido al estrés y sobrecalentamiento. De acuerdo a un
    artículo que presentó en el Congreso Mundial del Espacio en Houston:fuente:http://es.wikipedia.org

      Fecha y hora actual: Mar Mayo 07, 2024 2:32 pm